Algunas veces soy abogada y otras no. Siempre soy feminista pero suelo ser una contradicción constante. Mis columnas solo están vigentes para el día en el que las escribo: mis preguntas y respuestas cambian en poco tiempo. Casi nada me parece verdaderamente importante, pero encuentro placer en leer, escribir y cantar.
Que a veces suenas igual a tus papás; que tus ahorros de años los usan otros para darse buena vida; que tienes puntos medios con tus extremos; que los que odias a veces hacen bien las cosas; que te avergüenzas por el que votaste; que el 10% de tu ciudad no tiene acceso al agua; y que los políticos que te dan sueño toman decisiones que provocan insomnio, es algo que no quieres escuchar.
Que a veces suenas igual a tus papás; que tus ahorros de años los usan otros para darse buena vida; que tienes puntos medios con tus extremos; que los que odias a veces hacen bien las cosas; que te avergüenzas por el que votaste; que el 10% de tu ciudad no tiene acceso al agua; y que los políticos que te dan sueño toman decisiones que provocan insomnio, es algo que no quieres escuchar.