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Somos los sentidos que recordamos.
Somos la pausa, la apuesta, la calma. Somos la sanación que perseguimos. Somos lo que comemos, las ideas que replanteamos, y el movimiento que logramos. Somos la firmeza con la que regresamos y la fortaleza con la que nos desprendemos. Somos el abrazo, el mensaje, la palabra. Somos el lugar que habitamos, los encuentros propiciados y los rituales que adoptamos. Somos la luz que anhelamos, los amigos que dejamos y la transición que iniciamos. Somos la vida misma encajonada. Somos el recuerdo de lo vivido y la memoria desgastada. Somos el dolor transitado, el insomnio prolongado y el despertar inalterado. Somos el presente que nos mueve. Somos el ayuno y el perdón. Somos la oración y el pensamiento. Somos el instinto, el placer, la ceniza, el recuerdo.
Somos lo que nos mueve en el instante.
Somos, también, cuando dejamos ser.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/valentina-arango/
