Hoy es la marcha contra Petro, digámoslo claro. Los convocantes han dicho que es a favor del sistema de salud; en contra de la reforma laboral; para defender los fondos de pensiones privados; por la democracia contra el autoritarismo; lo que es, en parte, cierto, pero el verdadero motivante de la movilización es el desgobierno representado en una persona: Gustavo Petro Urrego.

Petro se propuso como el cambio a un sistema ineficiente, corrupto y elitista. Sus discursos llenaron de esperanza a millones de colombianos que votaron por él con la idea de que su gobierno sería completamente diferente a los de derecha que habían gobernado el país durante décadas. Sin embargo, casi dos años después de llegar al Palacio de Nariño, su gobierno es ineficiente, corrupto y alejado de la gente; sí, elitista.

Hay que salir a rechazar las formas y los fondos de una persona que no le ha dado un norte claro al país y que atiza la polarización como única herramienta política; a quien, irrespetando al congreso, dice que sus reformas se harán a la fuerza en caso de que el consenso no sirva; a quien sus discursos enrevesados le importan más que los hechos concretos; a quien es débil a la hora de referirse a Venezuela como una dictadura porque todavía tiene nostalgia del chavismo autoritario; a quien, a fin de cuentas, parece que llegó a la presidencia más para cumplir un sueño personal que para ayudar al país a concretar ese cambio que tanto pregonó en campaña.

¿Y por qué titulo mi columna así? Pues porque el centro, con sus figuras representativas, no se puede ir a ver ballenas o cerrar filas al lado del gobierno Petro, habiendo tantas razones para rechazarlo, y porque es fundamental demostrar en las calles que el presidente tiene que contar todavía con millones de colombianos que no creen en su gobierno, y que tampoco hacen parte de la oposición irresponsable que hemos visto desde la derecha.

El centro liberal (no libertario, ese embeleco que no es más que una derecha rancia antiderechos disimulada), defensor del Estado Social de Derecho, de las libertades individuales y del libre mercado con responsabilidad social; el centro liberal, que defiende las instituciones por encima de los caudillos y la democracia contra los autoritarismos; el centro liberal, que no cree que la respuesta a un gobierno de izquierda que ha sido irresponsable sea un gobierno de derecha oscuro y reaccionario, debe, tiene que marchar, para salir del letargo y curarse de esa herida de muerte recibida en 2022, para defender todo lo que cree y todo por lo que ha luchado, y para constituirse en opción de gobierno en 2026 y así bloquear la posibilidad de que Colombia empiece a montar en el columpio de los extremos.

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