Previo a mi viaje China viví en un conjunto donde durante algunos meses, solía parquearse un Mustang disfrazado de Rayo McQueen. Al principio fue sólo una curiosidad graciosa, luego nos dimos cuenta de que su dueño era el famoso influenciador Westcol y que nos agraciaba parqueando regularmente en el espacio para discapacitados porque venía a visitar a su novia del momento.

Mi hermano pudo verlo en persona en alguna oportunidad, recuerdo que con emoción me contó quién era el dueño y que me dijo algo así como que era un man que se veía muy patico.

Antes de escribir esta columna, todo lo que sabía sobre este sujeto lo supe contra mi voluntad. Que fue amigo de JH, que pelearon, que tuvo royo con Aída Merlano (Jr), que ya no siguieron; pasa lo mismo con la mayoría de influenciadores, uno se entera de ellos sólo por usar redes sociales.

Westcol es un streamer, es decir, se dedica principalmente a hacer transmisiones en vivo haciendo casi cualquier cosa, contar cuentos, jugar videojuegos, interactuar con los comentarios de la gente, y más. Muchos streamers además de hacer directos en línea, cuelgan videos y publicaciones a distintas redes sociales donde hacen casi las mismas cosas, además, promocionan productos y servicios, relatan los ires y venires de su vida diaria, hacen colaboraciones con otros famosos; y recientemente, hasta escriben libros e invierten en cripto-activos.

Podrá no ser tradicional pero la fama de estas personas es indudable. Westcol en particular es el principal streamer de habla hispana en la plataforma Kick, donde es además el 4to más popular del mundo entero. Cuenta con cifras verdaderamente sorprendentes, en promedio 35 mil personas ven sus directos y el año pasado llegó a acumular más de 800 mil conectadas en uno de ellos.

También es famoso por cosas lamentables, insultos y peleas con otros influenciadores, opiniones machistas, comentarios homofóbicos, acusaciones de hacer parte de estafas de criptomonedas; recientemente hizo polémica la noticia de su presunto maltrato animal y su amenaza a uno de los periodistas que escribió al respecto.

“Yo le voy a dar tiempo a usted pa que borre ese titular”, “¿usted sí sabe de dónde vengo yo pa? (…) va a saberlo si no elimina ese titular”

Enfurecido, comentó en sus redes que solo había compartido un meme y por lo tanto, lo estarían calumniando. En su Instagram hizo una crítica a los medios de comunicación tradicionales diciendo que para generar interacciones, sólo publican contenidos que no le “nutren la mente” a nadie.

Hace pensar entonces qué cosas sí nutren la mente. ¿Será muy constructivo decir en tono de broma que mató un perro a patadas, o proferir amenazas y reírse al colgar la llamada? ¿Será provechoso hacer alarde de actitudes machistas, proferir insultos, promover la narco-cultura, hacer chistes sobre violencia homicida o la infinidad de sandeces que a diario comparte en sus redes sociales?

Si no sabía, Westcol es sin duda el influenciador más famoso de nuestro país. A la vez es un necio, un bárbaro, un cretino, un machista, un pelmazo. Es una pena, pero la grandísima influencia del tipo está ampliamente dedicada a ufanarse de ser mala persona.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/