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Las empresas con propósito y responsables con su patrimonio, se esfuerzan en conformar juntas directivas con personas capaces, técnicas, con criterio y, sobretodo, íntegras. Las empresas se parecen a su junta directiva. La asesoría, consejo y recomendaciones de la junta ayudan al presidente o gerente de la empresa a tomar decisiones que benefician los intereses de cada compañía, a sus inversionistas, clientes y aliados. La juntas son el faro que llevan a buen puerto a las mejores empresas.

Los concejos municipales son a las ciudades lo que las juntas a las empresas. Corporaciones administrativas, de control, que aprueban presupuesto y, lo más importante, crean Acuerdos Municipales y aprueban el Plan de Desarrollo, que es la carta de navegación para una alcaldía durante cuatro años.

Ahora, imaginen que son dueños de una empresa y están conformando su junta directiva, ¿invitarían a una persona como Álex Flórez a que tome las decisiones más importantes de su organización? ¿Estarían tranquilos con que su patrimonio y reputación fuera administrado por personas como él? Seguramente lo pensarían dos veces. La dirección y futuro de una empresa o de una ciudad es demasiado importante para dejarla en manos de personas poco fiables o de comportamientos dudosos.

El Concejo municipal de Medellín ha sido lugar de numerosos escándalos, investigaciones y denuncias por corrupción durante estos últimos años. Incluso, varios miembros han sido sancionados o destituidos como lo fue el ahora senador Flórez. Casi una tercera parte del Concejo ha sido modificada; dos concejales por fallos judiciales y seis por renuncia a su curul ¿Qué estabilidad y norte podría tener nuestra ciudad con una junta inconsistente y fragmentada? Hoy, Medellín es el reflejo de quien la dirige: su alcalde y su Concejo.

Existen muy pocos concejales que se han destacado por controlar, denunciar y evidenciar los malos manejos e inejecuciones de la actual administración. Como la democracia es un juego de mayorías, estos pocos concejales casi siempre quedan aplastados por la coalición mayoritaria que le hace juego sin escrúpulos (y sí mucha repartija de puestos) a los intereses del alcalde.

¿Por qué le hacemos a nuestra ciudad lo que no le haríamos a nuestra empresa? Es una reflexión que deberíamos provocar para elegir bien en las próximas elecciones locales. Los concejales tienen un rol fundamental en el destino de nuestra ciudad, un papel decisivo como para dejarlo en manos de aduladores, populistas o borrachos.

Busquemos y elijamos para Medellín una junta renovada, sin vicios. Una junta con criterio para asesorar y guiar al proximo alcalde o alcaldesa. Busquemos una junta mentora, que señale posibilidades y nos evite errores. Busquemos la mejor junta posible, honorable, honesta y capaz para que dirija la empresa pública que nos pertenece a todos: nuestra ciudad.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juanes-restrepo-castro/

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