Promover la pólvora

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Se acerca diciembre con el ruido de los primeros voladores. Hoy, martes 12 de noviembre, se anunciará una campaña conjunta contra la pólvora entre la Alcaldía de Medellín, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y la Gobernación de Antioquia. Como lo destaca El Colombiano, (https://www.elcolombiano.com/antioquia/envigado-hizo-la-tarea-y-adelanto-su-campana-contra-el-uso-de-polvora-y-medellin-que-DP25804700) las consecuencias de la pólvora son un asunto de salud pública, de bienestar animal y de interes público, si consideramos que también está relacionado con la seguridad alimentaria.

Comenzando este año escribí mi primera columna en No Apto, “El estado debería promover la pólvora” (https://noapto.co/el-estado-deberia-promover-la-polvora/), en la cual argumentaba, a partir de la diferencia entre la pólvora legal y la ilegal, que podría resumir en que la primera contempla la pólvora de luces y la segunda la de ruido, porqué el estado debería promover la de luces, la legal.

Me permito aquí retomar fragmentos de esa columna para reafirmar esa tesis en el marco del lanzamiento de la campaña de las tres entidades mencionadas.

Colombia presentó una cifra récord de lesionados por pólvora en las fiestas de fin del año 2023 y año nuevo de 2024. Según la plataforma Vigilancia Intensificada de Lesiones por Pólvora Pirotécnica (https://portalsivigila.ins.gov.co/), del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) que pertenece al Instituto Nacional de Salud (INS), entre el 1 de diciembre del año anterior y el 14 de enero de este, se presentaron 1.357 personas lesionadas con pólvora, que representó un incremento de 17,7% comparados con los 1.153 casos reportados en ese mismo lapso comenzando 2023. En Antioquia, por ejemplo, se presentaron 150 de estos casos, es decir, el 11% del total nacional. Las principales lesiones fueron quemaduras, laceraciones, contusiones, fracturas, amputaciones, daño ocular, daño auditivo, y afectaciones a las vías aéreas y el abdomen.

Ahora, contrario a lo que muchas personas creen, la pólvora en Colombia sí es legal. Las cifras anteriores no se explican únicamente por la pólvora “legal”, sino también por la “ilegal”. En Colombia la pólvora “ilegal” fue responsable en mayor porcentaje que la “legal” por el número de lesionados.

La pólvora ha sido regulada por la Ley 670 de 2001 y recientemente por la Ley 2224 de 2022. La última regulación en este campo la emitió el Ministerio del Interior con el Decreto 2174 de 2023. En la adición que se hace al Decreto 1066 de 2015: “se prohíbe totalmente la producción o fabricación, la manipulación o uso y la comercialización de artículos pirotécnicos o fuegos artificiales que contengan fósforo blanco”.

Esa es la pólvora “ilegal”, la que contiene fósforo blanco o clorhidrato, es decir, los totes y los voladores, principalmente. En otras palabras, la pólvora legal es aquella en la que se privilegia el espectáculo visual (las luces), mientras la ilegal impone, el “espectáculo” auditivo (las detonaciones), el ruido, que es precisamente la que más consecuencias trae sobre los seres humanos y los animales.

Como lo muestra la plataforma del INS el porcentaje de casos de personas lesionadas hace un año, según el artefacto pirotécnico, fue el siguiente: totes (26,1%), otros (24,1%), voladores (16,5%), cohetes (10,3%), etc. Es decir, los dos artefactos que causan un mayor número de lesionados (totes y voladores) representan más del 40% de los casos, que junto a la categoría otros (quizá por su origen artesanal es difícil su categorización, y por lo mismo podrían contener fósforo blanco o clorhidrato) sumarían más del 65%.

Se ha hecho más por perseguir el uso de la pólvora ilegal (lo cual es necesario) que por regular el uso de la pólvora legal. Creo que es más acertado regular un comportamiento que está inmerso en nuestra cultura, como el uso de artefactos pirotécnicos (como las chispitas “mariposa”), que gastar miles de recursos en una lucha que está perdida, como lo muestran las cifras de lesionados por pólvora en Colombia cada año. Como lo describe el artículo de El Colombiano: “las administraciones se acostumbraron a salir del asunto con alguna campaña a última hora; algunas vallas en las calles o algún video en redes sociales en víspera de la infortunada alborada, cuando ya el conteo de quemados va en alza día tras día”.

Mi propuesta es que el estado regule, e incluso promueva, el uso de la pólvora legal, aquella que no contiene fósforo blanco o clorhidrato, para la cual existen en Colombia empresas legalmente constituidas como El Vaquero o Mariposa, por ejemplo. El Estado podría mostrar a las personas cuál es la pólvora legal, cuáles son las empresas legalmente constituidas para venderla, cuáles son los artefactos pirotécnicos permitidos, cuál es la forma adecuada de manipulación de éstos, cuáles son los riesgos y por tanto las recomendaciones para los manipuladores (70% de los lesionados) y los observadores (23%), etc.

En otras palabras, con esta propuesta se busca promover el uso de la pólvora de luces que es legal y trae menos consecuencias para los seres humanos y los animales, de tal forma que este incentivo contribuya a un cambio de comportamiento en nuestra cultura (regulación), que de una u otra forma es “polvorera”. Esto, creo, sería más efectivo para el estado, que seguir gastando a última hora cifras exorbitantes en perseguir la pólvora detonante (hay que seguirlo haciendo) o en curar a los lesionados por estos artefactos (siempre habrá que hacerlo). Como lo muestran las cifras de lesionados, el dinero invertido en campañas de persecución a los fabricantes ilegales y de prevención a los consumidores ha sido insuficiente para impedir que el número de lesionados aumente, y por tanto los recursos del estado necesarios para cuidarlos.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-felipe-suescun/

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