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Racing club salió campeón del fútbol argentino en el 2001 después de 35 años. Ese equipo lo dirigía el gran Reinaldo “Mostaza” Merlo, conocido en Colombia por un mal paso por Atlético Nacional. El equipo de Guillermo Francella empezó bien aquel torneo y en la cuarta fecha un periodista le dijo a Mostaza: «si llegás a ganar el campeonato con Racing te hacen un monumento en Avellaneda» el técnico le respondió: «no nos apuremos, tranquilo, paso por paso».
Esa expresión, paso por paso, se convirtió en su firma para los medios en todos los partidos. Al final de cada juego, cuando un periodista insinuaba o decía directamente que Racing iba a salir campeón, Mostaza los gambeteaba con su frase, los dejaba regados con su voz. No era sólo una manera de evadir la pregunta, era su cábala, su manera de esquivar la maldición de mencionar el objetivo antes de lograrlo, de salarlo.
Era su forma de transmitirle a sus jugadores que, aunque estaban en un muy buen momento, y eran el mejor equipo del torneo, había que tener cautela porque “en la puerta del horno se quema el pan”, como decía un entrenador del barrio Belén San Bernardo, y el fútbol es un arte misterioso y circunstancial. Los partidos y los campeonatos no siguen la lógica del triunfo del mejor. Por eso, para salir campeones, y aunque suene a comentario de Farid Camilo Mondragón, no basta con tener el mejor equipo, hay que ganar todos los partidos, dar todos los pasos. Mostaza lo sabía.
En la fecha 17 Racing empató de local un partido clave contra Banfield. El maravilloso Tití Fernández le preguntó al terminar: “che andás con miedo Mostaza” el técnico le respondió con esa voz que solo tienen él y Tom Waits: “¿con miedo de qué? Vamos a salir campeones”. Sólo a dos partidos del final, a dos pasos del triunfo, se animó a hablar de la posibilidad del campeonato.
El mejor equipo de la Copa América hoy está a dos partidos de darle una alegría a un pueblo acostumbrado a la tristeza. La banda de James David, la que juega mejor que Brasil, que Uruguay y Argentina, va a enfrentar sus pasos más duros. Los colombianos bailan en la cancha. Tienen el fuego sagrado en cada pelota. Anticipan y fantasean con mojarla contra Brasil, y comerse a Vinícius (y lo hacen). Rememoran, en Estados Unidos, el fútbol de Andrés Escobar Saldarriaga.
A ese país llegamos una vez como favoritos después de un invicto de 27 partidos, los mismos que hoy, la selección de Daniel «Chitiva» Muñoz, lleva sin perder. Por Andrés, por la ilusión perdida en Estados Unidos, por el gol de Yépes y las lágrimas de James David en 2014, por el desconsuelo con el que nos dejó Pickford en 2018, por este país y su infinita tristeza ¡Vamos Colombia hijueputa! Vamos paso por paso y nos quedan dos.
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