Morir, eso no se le hace

Estás muerta. Te ves ahí con la bala en la cabeza. Es una sala fría, pero ya no importa el frío. Tenés 33. La abuela va a decir: la edad de Jesús. Apenas. Te ves en esa camilla, alguien te cerró los ojos, alguien te puso las manos en el pecho. Afuera tu mamá llora. El papá está detrás de la luz. Lo mataron hace tiempo. Una bala en la cabeza. También vio a su mamá llorar. Toda la vida llorando.

Morir. Eso no se le hace a un gato. Dice Wislawa Szymborska en un poema.

Pero tu gato todavía no se ha dado cuenta de la muerte.

Vos sí. Vos, la muerta. Vos, ahí, tan joven, ahí, sin respirar.

Disparó alguien.

Alguien que no conocés, del que no se sabrá nunca su nombre.

Qué es la justicia en un país lleno de muertos.

Morir. Eso no se le hace.

No a vos que no tendiste la cama esta mañana porque hace días leíste que hay que dejar que las sábanas se oreen para que las bacterias no encuentren cómodas las cobijas. Pero ibas a volver esta tarde. Volverías a escribir. Eso no se le hace a nadie, morir sin terminar. Morir antes. Dejar a tu mamá sin hija, a tu mamá, la viuda, sin hija.

Treinta y tres es la mitad de la vida de alguien.

La esperanza de vida en Colombia es de 77.23 años, 80.13 si sos mujer. Sos mujer. Y estás muerta.

La mamá llora.

Lloran los amigos los primos las tías.

Llora el gato.

Llorás vos que te ves muerta.

Llorás vos que te soñás muerta.

No te querés morir, morirse, cuando falta tanto.

Sería eso, una vida cortada a destiempo por alguien.

Alguien que no es dios ni ganesha ni el destino.

Un hombre que dispara. Un hombre que paga. Alguien a quien le estorbás.

Alguien incapaz de la vida.

Imaginás (soñás-tenés pesadillas) que estás muerta porque es lo que les ha pasado a muchos colombianos.

Cuántos.

450 664 perdieron la vida por el conflicto armado entre 1985 y 2018 (Comisión de la Verdad). Es posible que sean más por el subregistro: que sean 800 000.

800 000 personas que mínimo un alguien lloró.

800.000 personas mínimo que lloraron a alguien. Que hicieron un duelo.

Es una cuenta vieja. Desde 2018 han pasado siete años: son más.

Tenés una profesora que hace un registro de muertos en redes. Fue una buena profesora de periodismo y su lista es como una gota de agua que cae como tortura. Hace cinco días escribió (y escribe casi a diario): Qué triste contar que este año llevamos 217 víctimas de muerte violenta (en Medellín). A 113 las asesinaron con arma de fuego.

Una bala, tan pequeña, y acaba con todo.

La profesora (Luz María Tobón) escribe los nombres, la edad, el oficio.

Y hace preguntas: ¿Cuándo enseñaremos que la muerte temprana, la muerte por violencia, siempre es una derrota de nuestra humanidad?

Colombia ha estado en guerra desde casi siempre.

Hubo esperanza.

Hace tiempo ya.

Esa vez 12 000 personas dejaron los fusiles y regresaron a la vida civil. Se destruyeron más de 9 000 armas.

Pero ni de eso hemos sido capaces: de querer la paz. De intentarlo. De cumplir. De implementar el Acuerdo. Se trataba de implementarlo.

El 5 de agosto la Registraduría Nacional admitió la inscripción de un comité ciudadano que busca convocar a un referendo derogatorio del Acuerdo de Paz firmado entre las Farc-EP y el Estado. El grupo promotor podrá empezar la recolección de firmas. Necesitan 2 056 780.

Y no es la primera vez que intentan tumbarlo. En 2018 también. Querían sacarlo de la Constitución.

La guerra

La muerte lejana. Morir de viejitos en una silla.

El dolor tan lejano. En otros.

Hasta que un día.

Un día se acercan.

Ojalá se acercaran.

Si un día todos estuviéramos tan cerca para saber qué son.

Quemarnos con ellos. Olerlos.

Porque imaginarlos, imaginar ese dolor, ese vacío, el silencio, la voz olvidada del otro, la imposibilidad de abrazar.

Es solo una idea fugaz inabarcable.

Insuficiente.

El dolor (la guerra) es para muchos la definición de un diccionario rancio.

Mañana vuelve a salir el sol y hay buñuelos para el desayuno.

Pero (dice Szymborska):

Hay algo aquí que no empieza/ a la hora de siempre.

Hay algo que no ocurre/ como debería.

Aquí había alguien que estaba y estaba, /que de repente se fue e insistentemente no está.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/monica-quintero/

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