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Al inicio del gobierno de Quintero su palabra fetiche fue “histórico”, anunciaba a los 4 vientos que cada inversión suya iba a ser la más grande alguna vez hecha (aunque bastaba comparar los valores teniendo en cuenta la inflación para darse cuenta que su plan de desarrollo no era nada especial).

Sin embargo, ahora el Alcalde tiene la desvergüenza de decir que no ha podido ejecutar nada, que los colegios públicos se están cayendo, las calles están llenas de huecos, las basuras amontonadas y las unidades deportivas dan lástima, porque le dieron una ciudad sin caja. Imagínense ¡Eso sí histórico! Primero que tiene el descaro de decir que la Alcaldía de Medellín es pobre.

Además, dice que para tapar el hueco presupuestal necesita que el Concejo le apruebe la venta de UNE y unas vigencias futuras, que no es más que el permiso para gastarse el presupuesto del gobierno que sigue. ¿Cómo votará esa corporación? Tenemos que estar atentos, nada justifica que aprueben.

Paradójico que mientras se declara en la ruina, le destine un millón de dólares a la compra de los derechos de la película Encanto para que sea la temática de los alumbrados. Es como si pidiera plata prestada porque está llevado,  pero luego subiera fotos paseando y farreando.

Parece que esa es la escuela petrista, pues mientras el gobierno entrante prepara una reforma tributaria que nos sacará plata a millones de colombianos (cómo olvidar la mentira de los 4.000 más ricos) se gasta lo que ningún otro presidente en su ceremonia de posesión.

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