No recuerdo mucho las clases de religión en el colegio. Lo que sí recuerdo bien era el ejercicio de memorizar los 10 mandamientos y entender que estos buscaban promover unos principios sagrados para guiar la vida del ser humano en la tierra. Su contenido resultaba tan imperturbable que cada mandamiento se grababa sobre piedra, queriendo decir con ello que no había lugar a reescribirlo, transformarlo o incumplirlo.
En 2018, el entonces candidato Gustavo Petro jugó a ser profeta y creó sus propios mandamientos. Incluso grabó su rostro en las escrituras, quizá para no ser olvidado. Pues bien, hoy podríamos decir que el presidente de Colombia ha faltado a casi todos los mandamientos que él mismo profesó sonriente y decidido. Pasemos, pues, a revisar los mandamientos (y los pecados):
1: No expropiaré
Puede decirse que lo ha intentado: EPS intervenidas, tierras priorizadas para la reforma agraria, y una reforma pensional que muchos ven como expropiación disfrazada.
2: No convocaré a una Asamblea Constituyente
Es una idea con la que ha coqueteado desde muy temprano en su gobierno. Recientemente en Cali dijo que está dispuesto a movilizarse por las calles para recoger las firmas y, así, convocar una asamblea nacional constituyente si la consulta popular no tiene éxito. La intención está; solo falta la oportunidad, que es difícil que surja.
3: Manejaré los recursos públicos como sagrados
La UNGRD es un altar a la corrupción. A eso hay que añadirle la interrupción de la regla fiscal, la propuesta de un presupuesto general de la nación desfinanciado, y una larga lista de atropellos al “manejo sagrado” de los recursos públicos.
4: Impulsaré la iniciativa privada, el emprendimiento y la formalización
Para abril del 2025, la tasa de informalidad en Colombia alcanzó el 55% y durante el primer trimestre del año el 92% de los nuevos puestos de trabajo que se crearon fueron informales.
5: Garantizaré la democracia pluralista y el respeto a la diversidad
Es uno de los grandes pecados del presidente, pues su lenguaje es muchas veces violento, tildando a otros de ser unos HP, nazis o fascistas, y promoviendo una narrativa de odio.
6: Respetaré el estado social de Derecho
Promulgar esto ya era una señal de alerta: quien jura no romper algo suele tener un martillo escondido. Aquí, nuevamente, puede que lo que falte sea una oportunidad para ir en contravía.
7: Respetaré el acuerdo de paz
La principal preocupación de los colombianos, de acuerdo con la más reciente encuesta de Invamer, es el orden público. Cada día que pasa Colombia se aleja de la anhelada paz.
8: Nombraré a las/los más capaces
Basta ver personas como el Ministro de Educación, de Salud, del Interior, de Culturas, Canciller y una extensa lista de personajes cuestionados por corrupción o incapacidad para corroborar que allí no están los más capaces.
9: Garantizaré la igualdad de género
Si se refiere a la igualdad de género de su gabinete, es el único mandamiento que cumple. Si bien ha tenido más de 50 ministros, hoy la distribución es de 11 ministros y 10 ministras.
10: Impulsaré el tránsito ordenado a las energías limpias
Colombia importa hoy gas natural, con un impacto ambiental más alto, pues las emisiones de CO2 producto de esas importaciones, generan más gases efecto invernadero que el mismo carbón.
11: Impulsaré la educación pública gratuita y de calidad para todos los colombianos
Hoy el Icetex está en crisis. Cuenta con menos recursos y eliminaron subsidios a la tasa de interés para estudiantes que dependían de estos para continuar con sus estudios. Hoy, en lo que supuestamente será la Universidad del Catatumbo, solo hay un lote vacío.
12: Garantizaré el cumplimiento de los resultados de la consulta contra la corrupción
En campaña, quien prometió purificar la política y extirpar la corrupción, terminó santificándola. En cuentas de servilleta, este Gobierno ha tenido un caso de corrupción cada 2,4 meses.
Parece ser, entonces, que los mandamientos no eran para guiar al pueblo, sino para adornar el camino al poder. Y el problema de quien falta a sus promesas es que pierde la credibilidad y el apoyo de quienes en su momento lo respaldaron. El presidente quiso inmortalizar su gobierno, pero solo logrará dejarnos con el pecado y sin el credo.
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