Al centro político en Colombia le ha faltado voluntad para hacer lo que ya hizo la izquierda y lo que está empezando a hacer la derecha: llegar a un consenso sobre quienes pueden ser los candidatos presidenciales que se midan en una consulta interpartidista en las elecciones legislativas en marzo de 2026, para definir un sólo candidato que llegue a primera vuelta.
El Pacto Histórico (@PactoCol) ya definió a Iván Cepeda (@IvanCepedaCast) en la consulta que hizo el pasado 26 de octubre. Él se medirá a otros candidatos de izquierda y centro-izquierda en la consulta interpartidista del Frente Amplio. En la derecha, aún las dificultades que se han presentado, el Centro Democrático (@CeDemocratico) en pocos días anunciará quien será su candidato, el cual estaría dispuesto a medirse con otras personas como Abelardo de la Espriella (@ABDELAESPRIELLA), Vicky Dávila (@VickyDavilaH) y el mismo Germán Vargas Lleras (@German_Vargas).
Ahora, la gran pregunta es ¿qué van a hacer el centro y la centro-derecha? Hay un bloque, el de los ex-mandatarios agrupados en la denominada “Fuerza de las regiones”. Y hay un grupo denominado el centro tecnócrata, compuesto por Mauricio Cárdenas (@MauricioCard), David Luna (@lunadavid), Juan Manuel Galán (@juanmanuelgalan), quienes ya habrían llegado a un acuerdo y donde también se incluiría a Juan Daniel Oviedo (@JDOviedoAr).
¿Y Sergio Fajado (@sergio_fajardo)? Él ha conversado con todos ellos, pero con ninguno ha llegado a un acuerdo. Ha dicho, con razón, que no quiere repetir los mismos errores de la coalición “Centro Esperanza” en 2022. Ahora bien, como dice su asesor Antoni Gutiérrez-Rubí (@antonigr) citando a Joseph Napolitan “Cada campaña es diferente. Cada campaña es la misma”. Cada campaña es la misma en la medida en que siempre hay una gran pregunta flotando, pero cada contexto es diferente. El escenario de la elección presidencial en Colombia en 2026 es distinto al de 2022. El mismo Fajardo lo ha dicho, las elecciones del próximo año serán las más difíciles en la historia reciente del país. Sin embargo, no hay porqué temer a la complejidad del contexto, porque como dice el catalán “a mayor complejidad de la cancha, más posibilidades de avanzar”. La mayoría de las derrotas comienzan dentro de los límites de la zona de confort de lo qué es el candidato. Es por eso que la posibilidad de obtener victorias surgen cuando éste se mueve en dirección a la zona de fricción, es decir, hacia lo qué puede representar y ser útil para los electores. Es ahí donde se expresa la vocación de poder.
La pregunta es ¿cuándo hacer ese movimiento? Fajardo ha dicho que en diciembre. Sin embargo, el movimiento tiene que empezar desde ya, para que el resultado se vea reflejado prontamente. ¿Por qué? Porque el 8 de diciembre se vence el plazo para inscribir los candidatos al Congreso. Muchos de los candidatos presidenciales que hoy gravitan alrededor de la frontera entre el centro y la centro-derecha tienen que llegar a un consenso para decidir si aspiran al Senado (@SenadoGovCo), si se suman a una campaña presidencial acordando hacer parte del próximo gobierno, ocupando un Ministerio por ejemplo, si se preparan para las próximas elecciones locales y regionales en 2027 o, si están entre los más opcionados, de continuar la carrera y llegar a una consulta interpartidista en marzo de 2026.
Ahí está la vocación de poder representar al 45% de colombianos que se identifican con el centro, según la última encuesta de Cifras y Conceptos (@cifrasyconcepto), y de ser útiles para un porcentaje adicional que esté dispuesto a votar por éste en primera o en segunda vuelta, como su segunda mejor opción. La capacidad del centro liberal de asumir su potencia en este momento de la historia de Colombia radica en trascender de un espectador con coherencia moral a un actor estratégico en términos de eficacia política si de verdad quiere ganar.
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