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La renuncia y la trampa

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Era un secreto a voces que se concretó en la noche del sábado, en medio de la oscuridad, un ejemplo perfecto de lo que fue su Alcaldía. La renuncia de Quintero es un asunto complejo de digerir, es fácil caer en la tentación de ver solamente el lado positivo por el simple hecho de no tener a este sujeto al frente de la ciudad, pero eso sería una mirada demasiado optimista y tal vez algo inocente. Si algo ha caracterizado al alcalde más impopular de la historia de Medellín es su astucia, las cartas tapadas, las jugadas a tres bandas y las falta absoluta de escrúpulos. Vendrá una reflexión colectiva que se irá construyendo con los días.

Por ahora no sabemos con claridad qué lo llevó a tomar finalmente la decisión, es un sujeto impulsado únicamente por su hambre de poder y sus intereses asociados al dinero. Yo soy de los que quisiera creer que se va porque es inminente una sanción por parte de la Procuraduría General de la Nación, o porque por fin avanza en la Fiscalía alguna de las tantas investigaciones que tienen en sus manos. Ojalá sea por eso, porque esto representaría el triunfo de una ciudadanía activa y vigilante, así como de unos políticos de diferentes partidos que con rigor, disciplina y constancia han recopilado pruebas y elaborado denuncias contundentes. Podemos estar entonces, ante una jugada desesperada de un político en plena huida, acorralado por su propia ciudadanía, acosado por el peso de la evidencia pública.

Pero como hemos dicho, es una persona fría y calculadora, sagaz, capaz de sacar del sombrero un conejo que nadie se esperaba. Con pocos sujetos aplica tanto la idea de piensa mal y acertarás , y, en ese sentido, vale la pena estar alertas, tratar de anticiparnos, seguir buscando la plata que inexplicablemente se esfumó del presupuesto público, observar cuidadosamente el comportamiento de sus candidatos en todo el país y también, trasladar la alerta a las jugadas de Petro que, como con otros clanes políticos, también está altamente endeudado con el clan Quintero y podría ser la ruta de escape final para el capo principal.

Una idea que se hace muy evidente es que sale para poder hacer campaña a sus candidatos en todo el país y así poder fortalecer su imagen de líder nacional. En Medellín intentará impulsar a ese remedo de candidato que es Upegui y podemos asumir que liderará en primera persona le guerra sucia en contra de Federico Gutiérrez. Lo veremos desde el minuto cero aprovechar la cobertura que le dan los medios y el manejo bodeguero de las redes sociales. Se repetirá el fenómeno Trump en su primera campaña en la que era el candidato con mayor presencia en todos los canales de televisión que creían que estaban afectando sus aspiraciones al develar las mentiras pero que terminaron fortaleciéndolo. ¿Caeremos en esa trampa?

Ahora bien, es difícil creer que eso sea todo, hacer campaña por sí solo no justifica dejar un cargo de tanto poder. Tiene que haber algo más y podemos especular un poco. Además de reveses jurídicos que pueden ser inminentes, podría estar buscando evitar ser la cara visible de grandes problemas que vienen en los próximos días. Por ejemplo: el relleno sanitario no podrá recibir más basuras en los próximos días y Quintero, que tuvo años para resolverlo, dejó reventar el problema; no fue capaz de poner a funcionar las turbinas 3 y 4, ni contratar la 5 y 6 de Hidroituango, lo que puede traer sanciones multimillonarias; estalló la crisis en el Hospital General que decidió pagar miles de millones en arreglos cosméticos antes que en personal de salud. Pero sobre todo, se cumplió el plazo que él mismo dijo hace unos días cuando afirmó que había plata hasta septiembre, es decir que viene un frenazo monumental en los proyectos sociales de la Alcaldía y querrá evitar responder por ese costo político.

Aun así, a muchos nos queda la sensación de que a esta historia le falta un pedazo. La mente estratégica de Quintero es difícil de descifrar y solo el tiempo nos irá dando las respuestas. Sea cual sea la razón de su salida, Medellín debe tener claro que este no es el final y que seguimos necesitando una ciudadanía activa y vigilante que además vote masivamente el 29 de octubre.

No caigamos en la trampa de vivir hablando de él, de seguir consumiendo su contenido, de seguirle su juego en redes, ni tampoco creamos que ya la ciudad ganó esta batalla.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mesa/

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