Estaba pensando en mi voto en segunda vuelta. Me inclinaba a hacerlo en blanco porque me preocupa, resumiendo bastante, el autoritarismo de Petro y la negación de derechos individuales que hace Federico. Esta ha sido una campaña, además, en la que tanto el uno como el otro han sido, discursivamente sectarios y polarizadores. Uno habla de unir a Colombia pero dice que la gente que vaya a votar por Petro apoya el Pacto de la Picota; el otro, que es potencia de la vida pero no baja a todos sus contendores de aliados de la Oficina de Envigado. Qué cansancio y qué tristeza que estos sean los “líderes” que pretenden gobernar el país.

Ahora bien, quería votar en blanco pero me arrepentí: voy a votar por Federico. No cambié de opinión por el “argumento” -tonto, muy tonto- de que hay que apoyar a Fico “para que no gane Petro”. Eso ni siquiera es un argumento, es una frase y ya. A veces pienso que esa campaña va mal sobre todo por la falta de ideas y porque todo el día están esperando a ver cómo Petro les determina la agenda. Tampoco pasé de querer votar en blanco a decidir hacerlo por el candidato de la derecha porque me haya seducido con sus posturas políticas: no deja de parecerme increíble que esté en desacuerdo con el fallo de la corte sobre el aborto, con la regulación de la marihuana recreativa, con la adopción por parte de parejas del mismo sexo y con el matrimonio igualitario. Además, la frase “el presidente de la gente” esconde una falta de propuestas que me parece insoportable. En cada debate, Federico da vueltas sobre las mismas sentencias propagandísticas evitando entrar al grueso de los temas más relevantes para el país.

Voy a votar por él por táctica. Según CNC e Invamer, a Gutiérrez no le alcanzará para vencer a Petro ni en primera ni en segunda vuelta, quedando como senador de oposición y representante del Equipo Por Colombia, la segunda fuerza electoral en el país. Ahora bien, siendo o no presidente (dejo la duda por si las encuestas se equivocan o si a Rodolfo le da por meter el susto) hay un hecho importante: Federico ganará en Antioquia por un amplio margen, y entre más votos saque aquí, menos poder para Petro y para su aliado, Daniel Quintero, y más poder para los ciudadanos que nos oponemos al despotismo de uno y a las formas y fondos mafiosos del otro.

Si Quintero y Petro sufren una derrota electoral catastrófica en Medellín y Antioquia, basada en un porcentaje de votación muy alto para Federico, tendrán un año y medio, en el caso del primero, y cuatro años, en el caso del segundo, de oposición marcada y fuerte. A Quintero le tocará moderarse si quiere competir con posibilidades reales en 2023 para seguir, por interpuesta persona, en la alcaldía y Petro tendrá que contar con que, desde este departamento, habrá resistencia a sus políticas y deberá negociar si quiere el apoyo de los parlamentarios antioqueños y de la mayoría de ciudadanos que lo hemos enfrentado en estas elecciones.

Pase lo que pase y sea cual sea el escenario, los que nos oponemos a Petro y a Quintero, deberíamos votar por Fico. Yo lo haré en segunda, porque en primera voy con Fajardo.