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Trescientas páginas de apuntes. Un resumen de ciento veinte páginas. Más de diez sentencias de diferentes Tribunales. Tiene tres días para aprenderse eso de memoria. Completo. Le haré una pregunta concreta. Puede ser sobre las características de algún concepto; la explicación de alguna teoría; el análisis de la Corte Suprema en alguna de las sentencias (y la fecha del caso); o un término necesario para interponer un recurso. No puede usar ningún Código ni nada. Sé que todo lo que le voy a preguntar está ahí, pero la idea es que se lo aprenda. Prepárese. Y no me salga con carretazos. Las respuestas son concretas, si no sabe, no sabe. No se ponga a inventar, prefiero que no conteste nada. Si ese es el caso, deberá repetir la materia. Sí, lo visto en todo el año. No el semestre de la pregunta que no supo responder. No. Con la sola pregunta, independientemente del tema, si no contesta, pierde la materia de todo el año.

Ese es el escenario general en los exámenes finales en derecho. No es ficción, no es un cuento. Una pregunta de unos apuntes de más de trescientas páginas define si pasas o no la materia. Una pregunta, a veces amplia, a veces muy concreta, es la única nota en todo un año. Aprovechando que estamos en el auge de la inteligencia artificial, le pregunto, ¿usted confiaría en Chat GPT para dictar una sentencia (quizás la que declare su divorcio, la que condene a un corrupto o la que declare a Colombia responsable de una masacre), para redactar la totalidad de una demanda, llevar un proceso o para defender derechos humanos? Entonces no confíe en nosotros. Solo sabemos repetir. Conocemos la ley, claro, la jurisprudencia, claro, pero, como modelos de inteligencia artificial no podemos realizar juicios morales, éticos o analíticos respecto del contenido.

Pero Colombia y el mundo ha confiado en nosotros. Los abogados que repiten. Personas que huyen de los números y terminan repitiendo artículos, leyes y decretos. Esa repetidera es peligrosa. No aprendemos a analizar, a pensar, a criticar. Vemos al derecho como una herramienta más, ignorando lo que hay detrás. El problema es que al ignorar y solo aprender a memorizar el derecho se puede manipular. Copiando y pegando normas fue que se logró la “Solución Final al Problema Judío”. Incluso, sin irnos tan lejos, el Estatuto de Seguridad (Decreto 1923 de 1978), la creación de las Convivir (Decreto Ley 356 de 1994), la Ley de Personas Desaparecidas (que permitió que los paramilitares ahorraran muertes), entre otros casos, son ejemplos de lo que el derecho, a ciegas, puede lograr. El conflicto fue legal.

¡Basta ya!, queremos gritar. “No más memorizar”, pensamos al estudiar. También nos cansamos de que busquen formarnos como máquinas. Imaginamos un mejor lugar, donde estudiar no implique tanta ansiedad. Soñamos con otra universidad que nos permita salir a entrenar, jugar o rumbear. No podemos desconocer lo afortunados que somos quienes tenemos esta posibilidad. Pero el mero hecho de ingresar no implica tener que tolerar un sistema que: o te hace abandonar, perdiendo tiempo y creatividad, no te asegura estabilidad laboral o solo te lleva a llorar, deprimir, angustiar y hasta suicidar.

Culicagados privilegiados cansones, algunos dirán. Que muchos ya pasaron por esto también y se puede superar, estarán pensando o después entre ustedes se reirán. Pero déjenme decirles que se nota que pasaron por esto. Se les nota en su salud, su emocionalidad y su forma de enseñar. Lo felicito por haber logrado su objetivo de graduarse, ahora usted es una máquina más. ¿Cómo se hace para desbloquear de su sistema la ética, la moral y lo que le queda de humanidad? Es que desde que nos enseñaron que el fin de semana era para estudiar y que solo de ciertas formas se podía hablar, yo me empecé a marear. Parece que el software no se alcanzó a instalar.

También nos hicieron pensar que la meta es el diploma sin importar lo que cueste. Luz después de las tinieblas. Sin embargo, a veces, el cuerpo nos pone límites. A veces empezamos a temblar, a veces dejamos de soñar, en otras ocasiones no somos capaces de dormir. Hay quienes se paralizan con el estrés y no faltan los que mantienen con tics de tanta angustia sentir. Pero, al final llegará la luz, nos suelen enseñar. “Tómese un tinto, agua o algo que yo también fui capaz”, nos dicen. El promedio es la prioridad. Pero parce, no se sienta mal si usted no logra sacar un parcial o de repente siente que ese objetivo no se va a alcanzar. Eso no lo hace un inútil, pendejo e inservible. Eso lo hace humano. Insisto en que el diploma es más un certificado de calidad. Quizás usted tiene más creatividad que una simple ex – machina. No se quede sin vida tan solo por intentar llenar una hoja de vida.

Un artículo, una lectura, una nota, una exposición o un logro académico más no nos logran enseñar lo que significan los principios y la sociedad. Que la igualdad material, pero evalúan a los estudiantes como si fueran una unidad. “Si su compañero pudo ganar el examen, usted también podía”. No sabía que la idea era pensar y aprender igual. Que la solidaridad, pero no vayan a compartir apuntes porque todos sus compañeros tienen que venir a clase. Así sea solo a mirar. Que la integridad, física y emocional, pero la salud mental solo importaba en pandemia. Con el regreso de la presencialidad, mágicamente, recuperamos la estabilidad. Profe, es como si después de operar una fractura usted de inmediato lograra caminar. Tranquilos, se nota que aprendieron a memorizar.

Hay excepciones, pero, como también lo dijo Mauricio García, “son eso, excepciones”. La generalidad parece estar de acuerdo con lo frustrante que es esta forma de “estudiar”. De hecho, esta columna nace a partir de un desconcierto generalizado de estudiantes y profes disidentes. En este link pueden encontrar mensajes de diferentes estudiantes que me han escrito tras algunas columnas similares o con los que he conversado en medio de tinto y ojeras: https://padlet.com/martinposada11/extudiantes-gs4x92tfzhzul6nq. Si usted, estudiante, tiene otra experiencia, puede dejarla allí. Recuerden, la libertad de expresión no es solo una pregunta de examen final.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/martin-posada/

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