El embeleco constituyente

El embeleco constituyente

Escuchar artículo

Creo que es fácil coincidir en que Petro es mucho más hábil en campaña que gobernando, lo suyo son los discursos utópicos y no la ejecución. Esta es una verdad tan evidente, que el mismo presidente se comporta como si lo supiese a la perfección, pues constantemente busca volver a ese lugar en el que se siente cómodo: el de las tarimas, los cuentos que se echa y la movilización.

El camino que escogió para ello es hablar de la constituyente, y aunque no falta quien no lo baje de genio, me parece que el gobierno ha elegido un camino que es un tiro en el pie. Primero porque confirma el miedo de tanta gente: Petro sí está dispuesto a cambiar las normas de juego, a pesar de haber firmado en mármol no hacerlo; por otro lado, hace quedar en ridículo a tantos intelectuales que defendían que el presidente no era chavista. En resumen, le da toda la razón a las advertencias de la derecha, y queda como un político calcado del vecino país.

Segundo, porque se contradice en su narrativa. No pocas veces el petrismo ha dicho que llegó el poder para hacer cumplir la Constitución de 1991, de hecho, incluso Petro ha recalcado que él fue clave en ese proceso (aunque no hizo parte de la Asamblea Nacional Constituyente). Por lo tanto ¿Cómo justificar que ahora el problema es esa constitución, que juraron defender? Todo un lío comunicativo.

Tercero, porque para la inmensa mayoría de personas, una constitución es algo abstracto que no tiene nada que ver con la solución real para sus problemas. Y no es que pretenda negar que un cambio jurídico sí puede traer beneficios reales para las personas, sino que mi punto es que,  tratar de vender esa posibilidad, es un gran problema que tendrá el gobierno a la hora de comunicar su intención.

Cuarto, porque es casi imposible lograr cambiar la constitución. Y puede que me digan que ese nunca será el propósito del gobierno, que le basta con movilizar a su gente, pero si uno vende expectativas que no puede cumplir, más temprano que tarde termina decepcionando a sus votantes.

¿Y por qué imposible? Porque necesita tres vistos buenos con los que Petro no cuenta. La Corte Constitucional ha demostrado independencia del gobierno, y es poco probable que apruebe un cambio de constitución. Además, en el Congreso necesitaría mayorías absolutas, y a duras penas ha logrado mayorías simples para su reforma pensional. Y por otro lado, necesitaría una participación popular mayor al 33 % del censo electoral, es decir, unos 13 millones de votos ¿Cómo va a sacar el presidente 2 millones más de votos, respecto a la elección en que quedó presidente? Tiene el camino prácticamente cerrado. El gobierno se rehúsa a gobernar, y está entrando en una campaña en la que tienen todo para perder. Es el momento para que brillen los líderes de la oposición, y ojalá se destaque especialmente alguno ¿Quién será?

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/

Califica esta columna

Compartir

Te podría interesar