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Hace cuatro años, en uno de mis primeros ejercicios de opinión, escribí con sentimiento de superioridad y gran ignorancia que los amigos que trabajarían en el gobierno de Daniel Quintero cometían un gran error al apoyar su proyecto político. Tal fue mi atrevimiento que olvidé una de las enseñanzas de uno de ellos, quien fuera meses antes un apreciado profesor:
«Siempre que tengas la oportunidad de aportar debes hacerlo», me dijo Carlos Cadena en alguna conversación mucho antes de ser Secretario.
No voy a referirme a su desempeño en el gobierno ni a su responsabilidad política, tampoco a la de otros amigos que con intenciones de hacer bien, aportaron a la ciudad o en vez de eso, a la lamentable corrupción de Quintero.
Quiero escribir más bien sobre algo que me encanta: cambiar de opinión. Cuando empecé mis primeros ejercicios de opinión caminaba los primeros semestres de mi carrera universitaria; hoy puedo decir que llegué a escribir un par de sandeces e imbecilidades de las cuales en su momento estuve bastante convencido.
Una de ellas era pensar que, porque no me gustaba Quintero, debía opinar igual de todos quienes recibieron el llamado de trabajar en su gobierno. Peor aún, asumía que por estar allí, su trabajo iba a ser tan desastroso como el que esperaba del pasado Alcalde.
Aunque tuve algo de razón, ciertamente estaba equivocado a la hora de valorar a varios de mis amigos y a muchas personas que posteriormente conocí trabajando en el sector público y de quienes pude constatar que hacían un esfuerzo monumental por darle algo bueno a la ciudad aún en las turbulencias.
De Federico Gutiérrez no tengo una mejor opinión de la que tenía sobre Quintero hace 4 años. No creo que vaya a ser buen alcalde, no confío en él, no me gustan sus formas ni su ideario; de hecho, en pocas semanas ha dado ya pinceladas de acciones cuanto menos, desafortunadas.
Sin embargo espero que a Fico le vaya bien. No sólo eso, sino que tengo varios amigos a quienes esta vez les tocó el llamado de participar en el gobierno y no puedo sentirme más orgulloso de ellos. Hoy pienso que siempre que se pueda, hay que aportar. Por eso le deseo a mis amigos y en general a todo el gobierno local, que hagan las cosas bien, que logren impactar positivamente nuestra ciudad. Y deseo que próximamente, yo mismo tenga la oportunidad de darle con ideas y trabajo duro, mucho amor a Medellín.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/