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Lo que sigue a un cambio de valores es un cambio de mentalidad. Colombia cambió porque los valores de los colombianos cambiaron. La realidad que observamos es el resultado final de esta transición. La realidad cultural, política y económica que percibimos, es el resultado de la transición de valores tradicionales-conservadores a unos seculares-liberales.

Esta transición se ha medido con instrumentos como la Encuesta Mundial de Valores, un programa de investigación internacional dedicado al estudio científico y académico de los valores sociales, políticos, económicos, religiosos y culturales de las personas en el mundo. Actualmente, opera en más de 120 sociedades y en Colombia se ha incorporado desde los noventa y, de manera permanente, desde el 2018, gracias al apoyo de organizaciones como Comfama y Raddar.

La encuesta señala una transición de valores en las últimas décadas: nos dice que nuestra sociedad respeta y acepta hoy con mayor tolerancia decisiones sobre el divorcio, el aborto o la homosexualidad. Rechaza los castigos físicos contra hijos o parejas, y busca condiciones de equidad y oportunidades de estudio para las mujeres. Somos una sociedad menos religiosa y en la que nuestros jóvenes confían menos en instituciones militares y policiales. Los hallazgos en términos estadísticos son significativos, es decir, evidencian un cambio sustancial de valores. Colombia se mueve hacia una sociedad más plural, liberal y ecológica.

Lo que percibimos como realidad no ocurre sin razones. Los eventos y síntomas que observamos en la sociedad, la economía y la política, obedecen a un entramado complejo, a una interacción constante entre comportamientos, creencias y valores que modifican constantemente los sistemas culturales y humanos que dan origen a las tendencias y lo emergente.

El origen de toda esta transición y mutación de la realidad son los valores, que no solo modifican las relaciones entre personas, sino las relaciones con las instituciones, las empresas y organizaciones de todo tipo. Si los valores cambian, los mapas mentales cambian y, si los mapas cambian, también lo hacen las posibilidades y las rutas para navegar la vida.

Muchas personas, líderes, empresas e instituciones se encuentran en estado de negación, se resisten al cambio y a los síntomas que dan forma a la realidad. Oponerse al cambio de valores puede traer como consecuencia la incapacidad de adaptación al nuevo sistema. La mejor forma de mutar y evolucionar sin perder la esencia es cambiar la mentalidad, ampliar nuestra capacidad interpretativa, nuestra actitud y nuestra disposición al aprendizaje.

Ampliar y modificar nuestros esquemas mentales es la mejor respuesta al cambio. Resistirnos solo nos encierra en el pasado. No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juanes-restrepo-castro/

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