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Para quienes me conocen es evidente que la palabra “feminismo” ha tenido un peso importante en mi vida. Gracias a ella pude explicar las diferentes intuiciones, personales e intelectuales, y los daños que había sufrido. El mundo, especialmente el mundo de las mujeres en el derecho, no volvió a ser el mismo en mi entendimiento desde que conocí en el 2017 “Feminismo inmodificado” de Catharine MacKinnon.
Más de cinco años tuvo sentido todo alrededor de esa palabra, pero ahora, aunque sigo creyendo en los mismos ideales, la palabra ya no tiene en mi vida el peso que prometí que siempre tendría.
Me agota la discusión anónima de red social, la discusión desde lugares comunes sobresimplificados, la superioridad moral de “unas” u “otras” feministas, la imposibilidad de algunos de tener una conversación con argumentos y sin ataques personales, y, especialmente, el “tribunal moral” con el que juzgan a quienes cambian de opinión. Yo, por mi parte, no quiero nada que limite mi capacidad de pensar y cuestionar mis creencias y las de mi entorno, y eso parte de la posibilidad, siempre palpable, de la contradicción.
Aquí sobran las aclaraciones para decir que no todo el mundo, no todas las feministas, no todas las conversaciones. Eso es más que evidente. Sin embargo, sí vale aclarar que aquí no he hablado solamente de feminismo: esto puede replicarse a cualquier ideología, sea política, económica, religiosa, etc. La imposibilidad del diálogo nos atraviesa a todos, y es por eso que la revolución debería estar encaminada a re-pensarnos, a re-aprender, y a re-inventarnos. Esa, creo, es la vía que nos queda para este entorno cambiante e incierto.
Aprovechando que mencioné al feminismo, aprovecho para decir que las mujeres no somos máquinas para hacer bebés. El Derecho tiene que entender esos límites.
Esto también es mi intento por creer que en las elecciones que vienen para Medellín podremos cuestionar, cambiar y pensar-nos para volver a ser sinergia. La fractura que nos queda no es fácil de reparar.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/valentina-arango/