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El alcalde Quintero no aguanta un reclamo más sin salirse de la ropa. Su frialdad y cálculo se están agotando. Los 99 días que le quedan se le están haciendo eternos. En Blu Radio, y frente a las denuncias de la Veeduría Todos por Medellín sobre el cartel de la contratación, al quedarse sin argumentos y sin respuestas sobre los hechos, Quintero eligió atacar a las periodistas, desacreditarlas como interlocutoras y ofender con ataques personales. Ana Cristina Restrepo, luego de la entrevista, solicitó formalmente al alcalde que rectificara: “En caso de que dichas afirmaciones no cuenten con soporte, le solicito que rectifique de manera pública y por los mismos medios las afirmaciones y cuestionamientos realizados sobre mi labor como periodista.”
Más tarde, en el Concejo de Medellín, ante los reclamos del concejal Sebastián López por el deterioro de la ciudad y las mismas denuncias de la Veeduría, el alcalde remató la confrontación verbal con un: “pa’ no pegarle hijueputa”. Agazapado en los insultos y los ataques personales, Daniel Quintero se despide de Medellín, ciudad a la que su mala administración sí le ha pegado con fuerza en los últimos tres años. Medellín no solo queda golpeada físicamente en su infraestructura y principales programas sociales, sobre todo, la herida que nos queda es cultural y cívica. Medellín está golpeada en su esencia ciudadana.
La Veeduría Todos por Medellín, constituida por 38 miembros entre personas naturales y organizaciones sociales y privadas, ha intentado desde agosto del 2020 rescatar el sentido de lo común, de lo público, de lo que es de todos. La veeduría no solo ha puesto sus ojos en las irregularidades de la administración municipal, sino que ha buscado promover la participación ciudadana, cuidar el patrimonio y provocar conversaciones públicas informadas sobre nuestra ciudad y nuestro gobierno.
Lo que pase con el Conglomerado Público de Medellín nos afecta a todos. Y a 40 días de conocer al nuevo alcalde de la ciudad, lo fundamental es que Quintero se vaya y la Veeduría continúe. Medellín necesita muchos ojos, necesita sanar su espíritu ciudadano y cuidar los recursos públicos para recuperar los programas sociales, las inversiones en infraestructura y la transparencia en la gestión, pero, sobre todo, avivar el amor por Medellín.
Gane quien gane, le invito a abrazar las veedurías, a recibir con rigor y sensatez las voces que difieren y piensan distinto. Gane quien gane, invito a las 38 personas y organizaciones de la Veeduría Todos Por Medellín a continuar su trabajo, a fortalecer su labor y a mantener la crítica y vigilancia permanente. Gane quien gane, Medellín ya ganó con una Veeduría, del lat. Vidēre, que nos hace ver que lo público es más que un gobierno de turno.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juanes-restrepo-castro/