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Salió al ruedo Victoria Eugenia Dávila Hoyos. Vicky, a secas, será candidata presidencial, algo más cantado que una canción decembrina. Que no, que la respetaran en su rol de periodista, decía ella una y otra vez cuando se le preguntaba públicamente si se lanzaría o no, dejando en el limbo una respuesta clara y aprovechando que la ambigüedad hiciera lo suyo. Todavía recuerdo cuando se emberracó con La Silla Vacía porque este portal había decidido tomar su figura como candidata y medirla en sus encuestas.

Se lanza y patea el hormiguero. Los grandes perdedores, por el momento, (faltan 22 meses para las elecciones presidenciales) son los candidatos del Centro Democrático, pues ninguno tiene el carisma ni el reconocimiento que tiene le experiodista, competidora directa en el espectro de la derecha. Si Vicky no comete errores graves, es muy probable que termine recogiendo a Miguel Uribe, Cabal y Paloma, y el partido del expresidente la apoye por debajo como lo hizo con Fico en 2022.

Aunque parte del país esté muy cansado con Petro, no es el CD el que mejor esté canalizando la indignación de grandes sectores de la sociedad, y Vicky, como “outsider”, parada en los vientos de la victoria populista de Trump que tendrán incidencia directa en la política electoral colombiana, podrá ser el vehículo de ese partido para acceder al poder.

Del centro ni hablar. Si antes de la salida de Dávila el panorama era complejo, con su candidatura pasa de castaño a oscuro. La polarización que se viene no le sirve a este espectro, que sigue indeciso en posicionar agenda clara de cara a la ciudadanía y que, si es invitado a la fiesta de la democracia, será de nuevo para ayudar a definir quién gana en segunda vuelta, pero no para ser éste quien salga victorioso por sí mismo. Aunque Fajardo y Galán marcan en las encuestas, los lados opuestos del panorama los irán haciendo desaparecer poco a poco con la intención de llevar a los votantes, de nuevo, a una situación de blanco o negro.

Ahora bien: Claudia López. Tal vez es la más beneficiada con el panorama actual. Claudia es un espejo directo de Vicky -son bien parecidas en sus formas- y podría llevar los inicios de esta campaña a tener un tire y afloje directo entre ellas para posicionarse como una Opción A para para el centro y la centro izquierda y una Opción B para el petrismo en segunda vuelta, ya que este movimiento, por ahora, no tiene a nadie de nivel para competir. Que se odian Petro y Claudia, me dicen muchos amigos bien metidos en política, a lo que yo les respondo: cuando de ganar se trata, ningún político se odia.

Falta mucho. Tocará esperar para ver qué pasa con Vargas, Oviedo, Murillo, Muhamad, Cárdenas, entre otros, pero, en mi opinión, la radiografía actual pinta más o menos así. Sólo hay dos cosas claras para mí hasta ahora: la primera, la campaña será aun más polarizada que la anterior y, la segunda, Vicky no está ni cinco de preparada para ser presidente, pero tiene grandes probabilidades de ganar.

Pobre país.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/daniel-yepes-naranjo/

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