En Venezuela están pasando el tráiler de la película que vamos a vivir en el 2026 si nos descuidamos con Gustavo Petro. Y probablemente el solo título de esta columna exaltará a zurdos y centristas, que saldrán al ruedo a decir que es una exageración. Sí, los mismos que se burlaban cuando señalábamos la afinidad del presidente por el chavismo; también los que creyeron que, como Petro había escrito en mármol una promesa, no iba a cambiar la constitución.

El fanatismo tiene que haberse apoderado de un cuerpo para no ver la complicidad que existe entre Petro y Maduro (no son los únicos, Lula y AMLO entran al baile). Sus suaves posiciones le dan aire y tiempo a la dictadura, ellos exigen actas y transparencia, como si no estuviese claro ya el fraude que hubo, como si María Corina no hubiese ya mostrado cerca del 80 % de las actas, con una tendencia clarísima que demuestra la victoria de la oposición.

No falta el defensor que diga que es que la prudencia está entre las virtudes de Petro, el mismo que al instante compara con hechos dictatoriales y fascistas cada victoria democrática de la derecha en Argentina, Chile, Perú y en general, cualquier rincón del planeta… Que es que nos está salvando de una guerra, dicen, cuando hace poco el presidente se puso del lado del terrorismo islámico y nos puso en contra de Israel, una de las potencias militares del mundo. ¡No hay derecho!

El cinismo de Petro es enorme, dice que es que lo que se está intentando es que países extranjeros impongan un presidente en Venezuela ¡Y nada que ver! Lo que se quiere es, precisamente, que se respete la decisión que ya tomó el pueblo venezolano.  Preocupa sí, y mucho, que el ELN haya manifestado apoyo militar a la dictadura ¡Una advertencia más de lo que puede pasar aquí, para los que aún no quieren ver!

En las elecciones del 2026 se enfrentan no solo dos opciones muy diferentes, sino la posibilidad de tener libertad. Espero que la tragedia que vive Venezuela sirva para algo positivo, para despertar a aquellos que aún no pueden ver lo que realmente representa Petro. Ellos no tienen escrúpulos, tienen la caja del Estado, los apoyan organizaciones criminales, y actúan en conjunto con varios países. Definitivamente no estamos jugando.

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