No había ningún político que liderara la oposición y que aprovechara la ola de descontento por el desgobierno de Petro hasta que llegó Vargas Lleras, que lo entendió todo. Por ahora, la oposición ha sido un ejercicio descoordinado entre islas de grupos políticos, en la que se ha visto más el compromiso de la ciudadanía que de los políticos en ejercicio.

Tampoco se trata de decir que no hubiese ningún político haciendo oposición, por ejemplo Cabal y Polo Polo son políticos competentes que han sabido alimentar hábilmente un nicho opositor. Sin embargo, no ha habido hasta ahora un personaje que se atreva a llevar la vocería general del antipetrismo, es decir, que trascienda de alimentar un pequeño sector para movilizar a buena parte del país desencantada del populismo zurdo. Vargas Lleras lo está intentando, y puede lograrlo.

Hábilmente ha entendido que la derecha en el mundo ha dejado de convencer a partir de moralismos sobre la vida privada, y que allí donde está triunfando es porque ha logrado abanderarse de las libertades tanto individuales como económicas. Especialmente lo segundo, pues ante el fracaso económico del socialismo rebrandeado como progresismo, es el libre mercado lo que más atrae hacia la derecha a las nuevas generaciones. Basta un pasón por su Twitter o sus columnas para ver cómo Vargas ha hecho del desempeño económico el caballito de batalla contra Petro.

Su partido, Cambio Radical, le está copiando y hasta ahora parece la oposición más confiable en el Congreso, y digo confiable porque aunque otros partidos dicen que se oponen, terminan votándole todo a Petro. Además, es evidente que hay una nueva apuesta comunicativa detrás de esta colectividad, que los moderniza y acerca a lo que manda la parada en redes sociales.

Vargas Lleras tiene la experiencia, el conocimiento y el cuero para liderar la oposición. Eso sí, el desafío es grande, pues deberá luchar contra la imagen que tiene de cascarrabias y con el pasado de su partido. También tiene que aprender a expresarse en los nuevos canales de comunicación al tiempo que ejerce un liderazgo generoso que puede sumar y que no genere recelo con otros sectores de la oposición como el Centro Democrático, Federico Gutiérrez y Salvación Nacional. Difícil, sin embargo, creo que al hombre le va a dar.

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