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La mejor jugada política reciente en Colombia ha sido la postura de Álvaro Uribe frente al gobierno de Petro. Ahora que se cumplió el primer año, nos da a nosotros, los viles mortales, la perspectiva para entender la dimensión del juego del expresidente, y es que humildemente me incluyo entre los que no comprendió bien este acto sublime de inteligencia.
No fui el único extrañado con la posición de serenidad de Uribe frente a Petro, especialmente porque contrastaba con la actitud que había tenido en el pasado con Santos. Admitamos que era difícil de entender: a Juan Manuel, que es más capitalista que Adam Smith, en el uribismo no lo bajaban de Stalin, pero a Petro el propio expresidente pedía que lo respetaran y se reunía con él amablemente, en un afable intercambio de sonrisas y libros.
Y no es que esté mal meterle cordialidad a la política, pero tampoco es que sobre la vehemencia a la hora de enfrentar el socialismo que representa Petro, del cual el Centro Democrático se auto proclamó como su muro de contención. Sin embargo, los miopes éramos nosotros, que no entendíamos que la amabilidad y el silencio de Uribe iban a ser más efectivos contra el nuevo gobierno que cualquier discurso opositor. Y bueno, la verdad es que tampoco nos imaginamos que los mayores escándalos iban a salir por cuenta de ellos y sus vendettas y no por el trabajo de la oposición…
Retomando, la actitud de Uribe puso a Petro en su peor faceta: estar sin un enemigo al cual atribuirle todas sus desgracias y fracasos. No es que no lo siga intentando hacer, pues nada más sus bodegas andan desgastadas intentando relacionar a Nicolás Petro con el expresidente, pero sin duda son intentos sin fuerza. Cuando Uribe es amable y no interfiere, deja a Petro en la desnudez de su incapacidad como gobernante ¡Chapó!
A quien le guste la política sabrá apreciar la sutileza de este juego, más allá de sus afectos e inclinaciones. Quizás si le ponemos otros nombres e imaginamos que esto sucedió en un país remoto o en una serie de Netflix, podamos admirar, sin prejuicios, la jugada política de alta factura que hizo Álvaro Uribe.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/