Un antioqueño no se vara: convite por las autopistas 4G

Un antioqueño no se vara: convite por las autopistas 4G

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El Gobierno de Gustavo Petro ni raja ni presta el hacha. En su desprecio enfermizo por Antioquia, ha decidido que algunas de las obras de infraestructura de mayor importancia para la conectividad y el progreso del país, deben detenerse, pese a que muchas de ellas superan ya el 90% en su ejecución, por el sólo motivo de atravesar nuestro departamento, el cual -razón tiene Petro- le negó en dos oportunidades la posibilidad de ser presidente, y en donde, actualmente, se concentra la oposición más férrea a su Gobierno. No es de extrañar, pues, que sus medidas arbitrarias obedezcan a una forma de venganza y de chantaje, y no al rigor técnico o a una visión estratégica de país.

Y es que no otra cosa puede explicar tamaña insensatez. Taca burro Petro cuando afirma: las Autopistas 4G sólo benefician a los “ricos de Llano Grande”. Nada más lejano de la realidad. Basta con mirar el mapa del país para comprobar que las Autopistas de la Montaña son en realidad un vasto complejo de infraestructura de carácter nacional que pasa por Antioquia, permitiendo la conectividad entre el pacífico colombiano, los puertos del caribe y el futuro puerto de Urabá, que será en el transcurso de los próximos años el emplazamiento más cercano y estratégico al Canal de Panamá.

Se trata, nada más y nada menos, de tirar al traste uno de los proyectos de infraestructura más ambicioso en la historia del país. En total, se construirán 1.370 kilómetros de dobles calzadas, acompañados de 141 túneles y 1.300 viaductos. Se contempla también la intervención de 7.000 kilómetros de vías existentes que se encuentran en precarias condiciones. Esta empresa monumental tendrá un impacto directo en 24 departamentos, llevando el desarrollo a diversas regiones del país. Todas bien lejanas a Llano Grande, dicho sea de paso, para ilustración del señor presidente.

Pero como el antioqueño no se vara, y no le copiamos al chantaje o a la maledicencia centralista, ya han surgido voces que, conscientes del desastre que implicaría la no terminación de estas obras, han solicitado al gobierno de Gustavo Petro entregar al Departamento la gestión de los tramos faltantes para la culminación de las Autopistas, pues Antioquia tiene ingeniería, experiencia y capacidad administrativa para llevar a buen término este proyecto perentorio y necesario. Hicimos la doble calzada Bello-Hatillo-Barbosa, la vía a occidente y el túnel de oriente, una de las maravillas de la ingeniería contemporánea.

Si el problema es de plata, como dice Petro, o si los recursos no alcanzan, que el Gobierno Central nos entregue a los paisas la gestión y la terminación de las autopistas, que hay cientos de miles de antioqueños dispuestos a brindar su aporte económico para contribuir al progreso de la región. Mal que bien, la grandeza de Antioquia no se debe a la intervención foránea, sino a esa capacidad que tenemos para la solidaridad y el trabajo colectivo, como sucede en los convites que realizan nuestros campesinos, que vereda por vereda se reúnen cuando hace falta mejorar una trocha, llevarle comida a una familia que lo necesita o madrugar en gallada para ayudar a sembrar el café o el maíz en el lote de un vecino.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/julian-vasquez/

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