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Escribió Mario Benedetti: «Ellos tienen razón / esa felicidad / al menos con mayúscula / no existe». Está en el poema Soledades. Lo recordé en estos días, mientras me enteraba del mundo y sus absurdos, pero lo reformulé: la verdad, al menos con mayúscula, no existe. Pero no, no es eso lo que quiero decir. Probemos: “Ellos tienen razón, esa verdad, comprobada con hechos y evidencia, no me la creo”.
Mejor, porque esto no va de poesía.
Estoy pensando, por ejemplo, Peter McIndoe paseando con su letrero Birds Aren’t Real por las calles de Memphis en medio de una manifestación. Era 2017. Aún es posible seguir el rastro de quienes no entendieron la parodia.
Tú dilo, que alguien lo creerá.
Sale al ring la boxeadora argelina Imane Khelif. Lanza un recto que se detiene en la nariz de su contendora, la italiana Angela Carini, quien pide detener la pelea. Nunca, dirá después, había recibido un golpe tan fuerte. Insinuó que Imane Khelif era un hombre. Gente llena de odio recogió el testigo (la transfóbica J.K Rowling y el muy católico y derechoso vicepresidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, Matteo Salvini, por ejemplo) y de ahora en más Imane Khelif tendrá que defenderse no solo de los golpes que le lanzan sus adversarios en la lona. ¡Bien por ella que se llevó el oro olímpico!
Arde Reino Unido. El asesinato de tres niñas fue la oportunidad ideal para los agitadores de la ultraderecha, con un tal Tommy Robinson a la cabeza, para difundir mentiras por cuanto canal tuvieran disponibles. No dudó en acusar a un inmigrante musulmán desatando una ola de xenofobia que se ha ido alimentando trino a trino, posteo a posteo. El propio Elon Musk (que ha hecho todo lo posible para que Twitter sea un canal de desinformación) puso su grano de arena. O su leño en el fuego.
Miente Tommy, claro. Pero hay más como él. Muchos.
¿Recuerdan a un tal Alex Jones? Un tipo con el poder de un micrófono y una audiencia. Dijo una y otra y otra vez que la matanza en la escuela primaria Sandy Hook nunca ocurrió, que era una gran invención de los woke para evitar que él y otros como él pudieran ir armados hasta los dientes. Ignoro si InfoWars, el sitio que creó para difundir mentiras que otros aceptaban como verdades, sigue activo.
¿Quién los desmiente? La mentira se suelta fácil, crece rápido, se vuelve viral, la replican los influencers, la validan periodistas y la publican medios que convirtieron el clickbait en su moneda de cambio. Cuando no son los medios los que se valen de medias verdades para servir a sus dueños y a los intereses de estos.
Miente, que algo queda.
Dudar es, entonces, la resistencia. Dudar, cotejar, rastrear, preguntarse, con Serrat, ¿a quién sirven cuando alzan las banderas?.
Dudar, porque como escribió Stefan Zweig, “solo los ignorantes y los fanáticos no vacilan nunca”. Dudar, porque como dejó dicho Jorge Luis Borges, “la duda es uno de los nombres de la inteligencia. Y coincidir con José Ortega y Gasset, en aquello de “enseña a dudar de lo que enseñas».
A ver si algún día podremos herrumbrar los fanatismos y los miedos, que se parecen tanto al odio, antes de compartir lo que creemos cierto.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/mario-duque/