Por no estar con Petro todos los días me dicen frases por el estilo de: Es que no estás del lado de la gente, de tanto colombiano que ha sufrido y la pasa mal, de los jóvenes, de los excluidos, de la diversidad sexual, de las mujeres.

Y si bien es cierto que la derecha de este país ha sido usualmente representada por un conservadurismo rancio que poco aporta y mucho discrimina;  que necesitamos una revolución liberal urgente,  ante este panorama me hago dos preguntas: ¿no reconocen ningún avance en el país en los últimos 20 años, en economía y derechos sociales, como para tirar todo por la borda? ¿A todas estas personas que la pasan mal hoy les conviene mucho el “cambio” económico que propone Petro?

Porque claro, por ejemplo la transfobia es un problema y la derecha no ha sido la más dispuesta y abierta a enfrentarlo, pero ¿acaso una persona trans la pasa muy bien en un país sin inversión?, ¿en un país donde se usa el ahorro pensional privado para financiar los subsidios que dan políticos en campaña permanente?, ¿bajo un gobierno que pretende acabar con Ecopetrol, su empresa más importante y la que garantiza la entrada de dólares al país?

Por supuesto, la derecha no ha sido la más solidaria en las reivindicaciones de los derechos de las mujeres pero, ¿acaso no es supremamente inconveniente para una mujer colombiana que desembalsen Hidroituango, la obra pública más grande del país?; ¿que restrinjan las importaciones, incluídos los alimentos de su canasta familiar? Y es que el “cambio” le puede dar pañoletas y ministerios pero, ¿vivir en una crisis económica causada por un gobierno no  le niega a una mujer la posibilidad de tener una habitación propia, de su autonomía? Y así podemos seguir con una larga lista de ejemplos y preguntas, que demuestran además ser bastante pertinentes por lo que está pasando en Argentina, Chile y Perú. Que la empatía no te nuble el daño que hacés.