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En un mundo cada vez más globalizado la necesidad de que las empresas, tanto del sector público como del privado, sean sostenibles, se vuelve de carácter innegociable. La urgencia de atender la crisis climática no solo juega un papel vital en la conservación del ecosistema, la fauna y la flora, también es inseparable del cuidado de las comunidades y el bienestar de los ciudadanos que las habitan.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Objetivos Globales, han sido catalizadores del cambio desde el año 2015, demostrando como aspectos cruciales para el avance mundial están enlazados entre sí; es decir, que el progreso en un ámbito como lo es la Acción por el Clima (Objetivo 13) tiene repercusiones igualmente importantes en otros aspectos, como es el Trabajo Decente y el Crecimiento Económico (Objetivo 8), la Reducción de Desigualdades (Objetivo 10) y la Paz, Justicia e Instituciones Sólidas (Objetivo 16), entre muchos otros.
¿Cómo se puede lograr un impacto positivo en la sociedad en base a la sostenibilidad empresarial?
Cada día se hace más evidente el interés de las empresas en adoptar los ODS para impulsar el crecimiento en sus modelos de negocio, encontrar nuevas maneras de invertir su capital y alinearse a las expectativas de transparencia e innovación que tienen las juntas directivas, los inversionistas, los gobiernos locales y las instituciones internacionales.
Los Estándares de Impacto ODS para Empresas son una guía creada por el PNUD que sirve para orientar el mundo empresarial, esto, conforme a los objetivos comunes para el desarrollo global. Su enfoque tiene como pilares la estrategia, el enfoque de gestión, la transparencia y gobernanza, y aunque puede sonar ambicioso, existen muchas herramientas en la actualidad que hacen que todo lo anterior sea factible.
Unas mejores prácticas aplicadas al manejo de los recursos, la disminución de emisiones de CO2, el almacenamiento de información y el interés en causas ambientales locales es una forma de adoptar lo anterior. Esto no solo genera nuevos empleos, ayuda con la disminución de la huella de carbono y se presenta como una oportunidad para cerrar la brecha de género, también atrae nuevo capital externo, brinda beneficios gubernamentales y hace más llamativo el panorama comercial para el intercambio con el extranjero.
Al guiarse por los estándares anteriormente mencionados, las empresas pueden ser cada vez más competitivas en el mercado global y aproximarse a nuevos públicos, nichos y oportunidades. Su compatibilidad con los objetivos optimiza los rendimientos financieros, la cultura empresarial y el bienestar de sus colaboradores y la sociedad civil.
La evidencia demuestra el papel central que juega el mundo empresarial en las metas de un mundo más verde, y que sin su cooperación, puede llegar a ser imposible la recuperación de las fuentes hídricas, el abastecimiento alimentario y el fin de la pobreza, que está inevitablemente ligada a la explotación de los recursos naturales y la indiferencia frente a la emisión de gases de efecto invernadero.
En la medida que las empresas se sumen a la acción de los ODS, se eduquen, informen y planifiquen estrategias realistas para el avance progresivo de su sostenibilidad interna, se hará posible que para la agenda de los ODS 2030, el avance social, cultural y ambiental, sea cuantificable y evidente.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/mariana-mora/