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Desde hace varios años, cuando nace en Medellín el movimiento Estamos Listas, he seguido con curiosidad y admiración (en ciertas oportunidades) su evolución. No he hecho parte de este, pero en el momento en que decidieron lanzar su candidatura al Concejo de Medellín a través de su lista cerrada, vi con emoción la posibilidad del crecimiento de eso en lo que muchas creemos y no se veía manifiesto en la política nacional: un proyecto político con vocación de poder feminista.
En el 2021 el movimiento anuncia su intención de expansión al territorio nacional y el comienzo de su carrera para buscar la llegada del mismo al Senado. Su campaña, aunque desde mi punto de vista sin la fuerza que se esperaba, logra calar en muchos espacios. Esta fuerza se plantea como una esperanza para los y las que creemos en el poder feminista como el camino a la reconciliación social. Seguí con ilusión su ruta hacía el Congreso, espacio en el que estoy segura, hubieran hecho un trabajo muy valioso por esa tan anhelada transición democrática a la paz. Lamentablemente esta vez las cifras no jugaron a su favor y Estamos Listas se queda por fuera del Senado, sin embargo sus voces siguen vivas con los más de 700.000 votos logrados por Francia Márquez, su candidata dentro de la consulta del Pacto Histórico.
Francia Márquez entonces, con las banderas de Estamos Listas, a pesar de su contundente votación no logra ganar la consulta del Pacto Histórico y termina sumándose ella y el movimiento que representa a la campaña de Gustavo Petro.
Antes de esta adhesión podemos encontrar diversas entrevistas y declaraciones de mujeres del movimiento reclamando por las violencias machistas evidenciadas dentro del mismo Pacto Histórico y reclamando por el silencio cómplice y encubridor de Petro. Casos como los del Senador electo Alex Flórez y el ex candidato a la alcaldía de Bogotá Hollman Morris prendieron en su momento las alarmas del movimiento feminista, pero hoy, cuando ya están montadas en la campaña y a casi un paso de llegar de la mano de Francia Márquez a la Casa de Nariño, parece que estas denuncias y las posiciones que otrora las llevaron a afirmar que el liderazgo de Petro era un liderazgo machista, se han quedado en el olvido.
Hoy vemos una campaña de Estamos Listas solo por la vicepresidenta de la fórmula del Pacto Histórico. En sus redes y en sus declaraciones solo se menciona a Francia y parece que se les olvidó que el candidato a la presidencia es Gustavo Petro y que sin el triunfo de este, el de Francia tampoco es posible.
Aturde su silencio frente a todo lo que ha venido pasando en las últimas semanas con su candidato y quienes lo rodean y pareciera que están en una contienda electoral paralela, en una realidad paralela, donde la única candidata es Francia y no existen los Petro, los Barreras, los Benedetti.
Se vienen haciendo las ciegas, las sordas y las mudas.
Y aunque a muchos (entre estos a mí) nos encantaría ver a Francia Márquez en una posición de poder llevando en alto las banderas del feminismo como el verdadero cambio, es imposible desligar hoy a Francia de quienes la acompañan en su carrera electoral.
El feminismo es sin duda el camino para la reconstrucción de nuestro tejido social, pero este feminismo que hoy está representando Estamos Listas apabulla con su silencio selectivo.