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Hace dos semanas el director y cofundador de este medio, Daniel Yepes, hizo a través de su cuenta de Twitter una descripción de todos y cada uno de los que trabajamos o colaboramos en este portal y de por qué o cómo llegamos al mismo. Este inusual e interesante ejercicio se puede consultar en su cuenta @YepesNaranjo. 

Yepes, como le decimos casi todos, se dedicó, aprovechando su gran capacidad de síntesis, a sustentar por qué somos gente No Apto, como tituló el ejercicio. En otras palabras, a ilustrar por qué decimos o escribimos “Lo que no quieres escuchar”, como reza el eslogan de este medio.

No sé si los lectores u oyentes de No Apto consideren que honramos esta promesa. Particularmente nunca me he hecho tal propósito al escribir mis columnas. Doy fe, eso sí, de que en el chat interno del medio, cuando se suscitan discusiones, le hacemos honor al eslogan: nos damos durito, con respeto por las personas.  

Tampoco sé si las generosas descripciones de todos hechas por Daniel –apelo al nombre para no volverme cacofónico– se corresponden con lo que somos cada uno. No conozco a muchos más allá de sus publicaciones, pero de los que conocía y he ido conociendo comparto su concepto sobre ellos. Lo que a todas luces es innegable es el talento de todas mis compañeras y compañeros, sin excepción, aunque mi favorita es María Antonia, y no porque la lleve en el alma. Se las recomiendo.

Da gusto leerlos y escucharlos, más allá de si dicen o no lo que uno quiere escuchar o de si se comparte su parecer. Es admirable su talento, preparación y facilidad de expresión. A su lado, me siento cada vez más pesado para escribir, pero sigo en el ejercicio a ver si algún día les cojo el ritmo, que en otras épocas quizá también tuve. Me gustan los grupos en los que soy de los quedados porque aprendo más de todos.  

Cuando terminó las descripciones de todos, varios nos preguntamos quién haría la de Yepes, para lo cual me propuse y conté con la venía de algunos compañeros. Apenas le respondí a su trino sobre mí, y, dado que uso poco las redes, posiblemente pasó desapercibido. Por demás, la síntesis de Twitter, si es que se le puede llamar así, no me viene bien.

De modo que aquí vengo. Identifico dos tipos de genios: los que son excepcionales en una faceta vital o profesional, como un Oscar Wilde o un Michael Jackson, pero terminan desbordados por su potencia, porque los problemas de potencia son mejores, pero más difíciles de resolver que los de carencia. Y aquellos que no hacen nada en apariencia excepcional, pero todo, o casi todo, lo hacen fácil. Lo primero, entonces, es eso: Yepes es un genio, con rasgos de ambos tipos, aunque cada vez es más de los segundos. Ha aprendido, quizás leyendo a Han, que se necesita más pausa y menos prisa. Siempre ha pensado rápido y bien, algo poco usual en personas jóvenes. Ahora, sigue pensando rápido, pero cada vez mejor.

Lo segundo es que Yepes se ha propuesto –no sé si lo ha pensado así- hacer de la estética una ética de vida y a fe que lo está logrando. Es impecable, integral e íntegro: sin dobleces. En suma y como se lo respondí en el trino, es una persona profundamente admirable y junto a Mariana, su compañera de viaje, lo es doblemente. Él sabe que la medida de la inteligencia de una persona la da en buen parte las personas de las que se rodea. En términos de pareja no pudo elegir mejor.

Y para este proyecto de No Apto, que tan bien lidera, garantizando el equilibrio entre crecimiento y calidad, ha seleccionado un grupo excepcional: todos aptos muy aptos. El reto de Daniel es seguir manejando atinadamente tanta potencia, empezando por la propia, manteniendo internamente el compromiso con el eslogan del portal.

Como lo conozco, es probable que no le guste esta columna, porque como todo buen dirigente, rehúye los halagos y más en público. Yo, que no soy de feriar cumplidos, me doy esta licencia, porque como lo puso él en mi descripción, le digo “lo que no quiere oír”. 

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-munera/

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