Iván Marulanda ha entregado toda su vida al servicio público. Fue fundador del Nuevo Liberalismo junto a Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara, y combatiente, como tantos otros del mismo grupo político y muchos sectores de la sociedad, de la lucha contra el fenómeno atroz del narcotráfico. Es senador de la República por el Partido Verde y busca la reelección.
En No Apto hablamos con él sobre historia política, su cercanía con Galán y Lara, lo que piensa de Daniel Quintero y la situación actual de Colombia.
No Apto: como Ministro de Educación de Misael Pastrana, Luis Carlos Galán condujo con ecuanimidad la interlocución con los movimientos estudiantiles. Incluso gastó parte de su tiempo ayudando a liberar a estudiantes detenidos arbitrariamente. ¿Cómo contrasta esto con la actitud de muchos durante el Paro Nacional, quienes de un lado apoyaron activamente a manifestantes violentos, y del otro estigmatizan a los jóvenes insatisfechos?
Iván Marulanda: Luis Carlos Galán era un demócrata puro, y todo lo que hicimos con él y con Rodrigo Lara fue desde una visión más profunda y humanista del concepto de la democracia, el respeto por los derechos, la diferencia, la protesta, y la dignidad de las personas. Además en la concepción de que en la crítica y en el debate estaba precisamente el cambio de la dinámica del sistema, y de las estructuras sociales y del estado en una democracia. En el debate desde la diferencia se encuentran las debilidades de las políticas públicas, y entonces comienzan procesos de rectificación para superar esas situaciones.
Es la comprensión de que el progreso está sujeto al debate desde la diferencia y en el debate que surge desde la inconformidad y la protesta, se construyen nuevas realidades, verdades, y soluciones a los problemas.
Finalmente, éramos un movimiento profundamente conectado con el dolor de la gente, las realidades sociales, el sufrimiento de los sectores que están en desventaja en la sociedad, y por lo mismo profundamente solidarios con los más pobres; quienes tienen más necesidades y demandan soluciones al Estado. En esas circunstancias, no habríamos tenido ni siquiera un proyecto de reforma tributaria tan absurdo como el que presentaron, que era inequitativo, injusto y grosero con los sectores populares y las clases medias. Además, no hubiéramos tenido el atropello a la juventud que estaba protestando. Seguramente no habríamos llegado a esa situación porque a través del diálogo y la construcción democrática no se llega a esos estados teniendo en cuenta el pensamiento de los demás. Pero de haber llegado una situación tensa, se hubiera arreglado en el diálogo y en el acuerdo político. No con la violencia de la Fuerza Pública.
No Apto: desde su columna en El Tiempo, Galán llamó a una revolución cultural que liquidara maquinarias y revitalizara el debate ideológico. ¿Siente que la Alianza Verde está en capacidad de hacer eso?
Iván Marulanda: la Alianza Verde es un partido nuevo y en formación. Ha alcanzado mucho poder en las estructuras del Estado, pero le falta todavía mucha madurez en sus intenciones, en sus fundamentos y en sus ideas. Sobre todo falta coherencia entre lo que piensan y lo que hacen sus miembros. Eso es un proceso que toma mucho tiempo, y la Alianza Verde solamente tiene trece años de historia. Es un recién nacido en la política, y le falta entonces tiempo de maduración.
No Apto: en esa medida, ¿qué piensa de personajes cuestionados como León Fredy Muñoz?, ¿se siente cómodo haciendo política junto a él?
Iván Marulanda: no.
No Apto: el Nuevo Liberalismo recuperó su personería jurídica el año pasado. Usted renunció a la Alianza Verde con la intención de volver a ese partido, sin embargo, se retractó días después. ¿Por qué?
Iván Marulanda: yo fui fundador del Nuevo Liberalismo junto a Galán, Lara, y muchos otros. Pero además, construí esa historia con ellos y me jugué la vida con ellos. Me tocó padecer el dolor de verlos morir en esa lucha, y sepultarlos. La idea de que hubiera otra oportunidad para esas ideas me comprometía por lealtad y solidaridad con los compañeros, y con la historia que habíamos hecho. Inclusive, participé en el proceso legal de reclamo de esa personería jurídica. Yo hice una declaración ante el Consejo Nacional Electoral que fue fundamento para el pronunciamiento de la Corte, y el Magistrado ponente así lo reconoció.
Nunca imaginé que pudiera volver al Nuevo Liberalismo ya que pertenecía a la Alianza Verde. Lo hice por la juventud y las nuevas generaciones. Sorprendentemente, la Corte abrió un camino para regresar sin las limitaciones de la doble militancia, y me vi en la obligación moral de prestar mi concurso a la reconstrucción de este proceso. Se trata de llevar un legado que conozco mejor que nadie porque yo lo ayudé a construir. Fui testigo y protagonista. No tenía argumentos para decir que no y lo hice con la mejor voluntad de colaborar.
Finalmente, al expedirse la sentencia dos meses después de conocer la voluntad de la Corte, me encontré con la sorpresa de que estaban escriturando el partido a unas personas. Ahí se presentaron dos situaciones: primero, mi rechazo a que la Corte Constitucional se convirtiera en un directorio político. ¿A quién le cabe en la cabeza que la Corte Constitucional nombre jerarquías políticas de un partido? Eso es una función exclusiva de la sociedad civil, aquí no hay partidos de Estado, titulados a personas naturales tal como hizo la Corte. Segundo, pregunté quiénes eran esas personas, ya que eran totalmente desconocidas, y nunca tuvieron un papel en el Nuevo Liberalismo.
No Apto: ¿quiénes son esas personas?
Iván Marulanda: me dijeron que el sucesor de Luis Carlos Galán era el odontólogo de doña Gloria Pachón. Dije que no quería estar ahí por ser un partido de bolsillo. El Nuevo Liberalismo nunca fue un partido de familia, fue un partido democrático, y no tiene por qué serlo ahora, ni de los hijos de Galán ni de esos payasos que pusieron ahí.
No Apto: a propósito de Juan Manuel Galán, en una reciente visita a Medellín se pronunció en contra del proceso de revocatoria que se adelanta en la ciudad. ¿Merece Daniel Quintero ser revocado?
Iván Marulanda: pero no porque tenga que ver con Juan Manuel Galán, que no veo por qué vino a meterse en eso. Eso es un tema de los medellinenses, y yo doy una opinión sobre la revocatoria no como político sino como ciudadano. Eso es un tema cívico de los vecinos de la ciudad. De hecho, la constitución concibe los organismos territoriales como instancias administrativas, las cuales sólo tienen una función gerencial. La función de un alcalde es velar por cosas como el estado de las calles, la recolección de basuras, los servicios públicos, el transporte público, la movilidad, y los parques. Este es un tema municipal del interés de los ciudadanos en su calidad de vida. La Constitución separa las elecciones territoriales de las nacionales ya que sólo las segundas tienen un carácter político e ideológico. No hay alcantarillados liberales ni conservadores. Ahí no debe interferir la política partidista ni ideológica. Este no es un tema que tenga que ver con los destinos de Colombia.
En ese sentido, me expreso como ciudadano, y como ciudadano firmé pidiendo esas planillas, y como ciudadano votaré por la revocatoria porque creo que este señor es un pésimo alcalde, que ha roto el tejido social y que está destruyendo las instituciones cívicas que se han construido a lo largo de un siglo para crear unas condiciones de bienestar. Medellín era una ciudad ejemplar en América Latina y este señor ha puesto en riesgo toda esa estructura institucional y todo ese nivel de confort y de unidad de la ciudad. Nos dividió y deterioró el bienestar.
No Apto: En agosto del 2021 usted presentó un proyecto de Ley junto al senador indígena Feliciano Valencia para regular el mercado doméstico de la hoja de coca y sus derivados, incluyendo la cocaína. Allí se establece que el gobierno nacional comprará una cantidad determinada de hoja de coca para su procesamiento. ¿Este esquema lograría incidir significativamente en las rentas ilegales?
Iván Marulanda: Este proyecto tiene que ver con resolver un fracaso de una política que viene hace cincuenta años y que está enterrando a Colombia. La guerra contra el narcotráfico fracasó. Aquí fracasó porque Colombia se volvió un cementerio de jóvenes. Corrompió la sociedad, y destruyó los valores éticos en los que estaba fundada la nación. Permeó los poderes del Estado y corrompió el Estado de arriba a abajo. Deterioró y distorsionó la economía del país. Colombia además ha perdido enormemente su prestigio en el mundo, por su condición de exportador de cocaína. El daño ha sido tremendo y a través de la violencia y la barbarie se ejerce dominio territorial.
No Apto: ¿y el proyecto sí contribuye a consolidar el control territorial del Estado?
Iván Marulanda: El proyecto acaba con el negocio tal como está y suplanta esa política que fracasó por una política que puede funcionar. El proyecto propone que el Estado compre toda la hoja de coca que se produce en Colombia, lo cual es mucho más económico que erradicar. El Estado le quita la materia prima a los narcotraficantes, y convierte en proveedores del Estado a familias campesinas que hoy están al margen de la ley. Esa hoja de coca en manos del Estado se puede convertir en materia prima para industrias como la producción de alimentos, bebidas, cosméticos, o medicinas; industrias que no han tenido la oportunidad de desarrollarse debido a la persecución. También se pueden producir agroquímicos o materiales de construcción para vivienda popular.
Otra pequeña cantidad sería transformada para atender el mercado interno de cocaína. Hoy la cocaína está en todas partes en Colombia. Aquí la cocaína se consigue en las puertas de los colegios, las universidades, discotecas, y andenes. Además, lo que se vende es una cocaína de mala calidad que hace daño a la salud.
Con la propuesta, el Estado reconoce el derecho a consumir en virtud del derecho al libre desarrollo de la personalidad, así como se garantiza el derecho a consumir alcohol, tabaco, chicharrón o azúcar, que también hacen daño a la salud. Sin embargo, previamente se establece si la persona está en condiciones mentales y físicas para hacerlo de forma responsable, y es el médico quien le entrega una autorización para adquirir su dosis personal. Es cocaína de buena calidad, que no le hará daño a su salud, y tendrá un seguimiento médico en caso de que desarrolle dependencia, y requiera tratamiento. Entre otras cosas, las personas que desarrollan dependencia son menos de lo que la gente cree, entre un 15 y un 17 por ciento aproximadamente.
Así el sistema garantiza el derecho a la salud de esos consumidores y su derecho a consumir. Por otro lado, se quita la materia prima que requieren los narcotraficantes para exportar, y al microtráfico le quita la clientela. Es una forma de marginar a los narcotraficantes y a los microtraficantes.
No Apto: volviendo a la contienda presidencial ¿cómo ve la controversia entre Ingrid Betancur, Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria?
Iván Marulanda: con pena ajena. Eso es una vergüenza. Es una expresión de inmadurez política, falta de tino e irresponsabilidad. Están desperdiciando y dilapidando una opción muy importante para el país. Ojalá que sean capaces de corregir tanta estupidez.
No Apto: Si llega al Senado, ¿qué iniciativas nuevas espera impulsar?
Iván Marulanda: hay que hacer realidad los ideales por los que venimos luchando desde hace muchísimos años, los cuales se pueden sintetizar en uno: desarrollar la Constitución, y la concepción de Estado que hay ahí. Aquí no hay nada para inventar, sino que no ha habido mayorías en el Congreso y gobiernos interesados en hacer eso. La Constitución está virgen. Nuestra historia y nuestra incipiente democracia reconocen la Constitución como un hito; es un faro al que le tienen tapadas todas las luces. Hay que quitarle las vendas y dejar que la Constitución ilumine el camino de construcción del Estado, y el sentido ético de la sociedad.
No Apto: por último, si se pudiera tomar una cerveza con Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara ¿qué les diría?
Iván Marulanda: Es triste que no estén. A lo mejor, si estuvieran vivos, no estaríamos en esta tragedia, desolación y mediocridad en la que estamos.
No Apto: Pero en su respuesta no hay un reconocimiento al progreso del país en los últimos treinta años. ¿Sí estamos tan mal?
Iván Marulanda: no. Estamos peor. Aquí hay un 43% de la población en pobreza, eso no existía. Este es el segundo país más inequitativo de América, y uno de los cinco más inequitativos del mundo. Eso no era así. Colombia es el país más violento del mundo. En Colombia hay 8 millones de personas con hambre, y en la Costa Caribe más del 70% de la población tiene menos de dos platos de comida al día. Eso es una vergüenza. Además exportamos el 90% de la economía que se consume en el mundo, y por eso las organizaciones criminales tienen un papel determinante económica, social y políticamente.
El país no ha progresado en la calidad de nación, de sociedad y de Estado. El progreso ha sido por el progreso del mundo. Hoy en día hay tecnologías como teléfonos celulares e internet que antes no existían, pero se debe a la inercia del mundo. Pero el esfuerzo y los resultados sociales del esfuerzo del Estado colombianos son deplorables. Aquí no estamos mejor, sino relativamente peor.