Desde la consulta, Sergio Fajardo ha hecho esfuerzos notables por corregir falencias de su campaña y de su forma de conectar con el público. Mientras los otros candidatos hacían fila de rodillas ante los caciques politiqueros de siempre, Fajardo mantuvo viva su campaña con un trabajo serio y emocionante. Sí, emocionante.
Logró unificar a la coalición cuando todos pensaban que pasada la consulta se rompería en mil pedazos. Era normal pensar así después de que vimos enfrentamientos personales bastante incómodos durante la campaña. Concretó el acompañamiento de estrategas, jugó con los colores de su imagen, dio el paso hacia los eventos masivos, cambió el tono de sus videos y se atrevió a gritar en discursos que han llevado a gente hasta las lágrimas. Fajardo ha empezado a emocionar.
Entre el ruido de las encuestas y las portadas claramente intencionadas va surgiendo un sentimiento de resistencia. Hoy Fajardo es el foco de los ataques, algo sorprendente si se tiene en cuenta que nos vendieron una disputa entre dos. Alguien decía en Twitter que el día en que un político se encuentre en su “declive” nadie le dedica una portada.
El votante de centro suele ser alguien inquieto, que no traga entero, que analiza, que oye, que cuestiona. Por esa misma razón suele ser alguien convencido y no resignado; no es normal saber de gente que quiere votar por Fajardo porque toca. También suelen ser personas respetuosas, poco beligerantes, más bien tranquilas.
A esos votantes quiero dirigir esta reflexión. Yo los entiendo, da pereza muchas veces quedar atrapados en discusiones sin fin con fanáticos que pueden terminar siendo agresivos; el bullying como forma de hacer política. Pero, ¿sabés qué? Hay mucha gente como vos. Mi invitación es a atreverse a argumentar, sin pereza, sin pena, con convicción. Es normal oír sugerencias y críticas a la campaña y al candidato, y eso está muy bien, pero, ¿vos qué estás haciendo? Hay que poner la conversación en la familia, con los amigos, en las redes, en WhatsApp. Y si sos un generador de opinión, si tenés reconocimiento, seguidores, lectores, es el momento de cantar tu voto dando tus razones. Hay que atreverse desde ya y no esperar a que falten tres días para después decir que nos quedaron faltando pocos votos.
Esta campaña se verá fuerte en la medida en que la gente se apropie de ella. No dejemos la política solo en manos de los políticos.