Luego de que el Consejo Nacional Electoral encontró evidencias suficientes para abrirle una investigación a la financiación de la campaña de Petro, el presidente no se demoró en anunciar que ese hecho era un golpe de Estado en su contra. Es el octavo del que dice haber sido víctima desde que tiene una cuenta en X, y curiosamente, ninguno ha tenido como resultado derrocarlo del poder, que es la definición de libro de un golpe de Estado. Ojo, que el “genio mundial” nunca entendió la moraleja de la milenaria fábula del pastorcito mentiroso.

Es increíble, además, lo evidente que es su culpabilidad. Pues en ningún momento la defensa del presidente se ha centrado en demostrar su inocencia y la limpieza de su campaña, sino que desde el momento inicial la estrategia fue decir que a la campaña del presidente no la pueden investigar. Eso sí, ha sido magnífico ver cómo los petristas intentan convencer al país de que el Consejo Nacional Electoral no tiene entre sus funciones revisar la financiación electoral; o cómo tienen que ignorar el pasado de Petro reclamándole al CNE para que investigara la financiación de los anteriores presidentes.

Lo más probable es que esta investigación no termine en mucho, tardará más años y su panorama luego en la comisión de acusaciones del congreso no es precisamente alentador. Pero el que tenga ojos para ver, que vea cómo este es un gobierno tramposo que se ahoga en sus propias mentiras.

Hay que ver el vaso medio lleno, cada escándalo de este tipo es un granito de arena que se suma a un muro de contención hecho por la impopularidad e ilegitimidad del gobierno, porque sí, a Petro no lo pudo detener la oposición sino tener que cargar con el peso de sus promesas incumplidas, su ineficiencia y sus malas decisiones.

Eso sí, no todo es felicidad, el gobierno sigue aplicando a la brava su reforma a la salud y las señales de la incompetencia de un modelo estatal empiezan a ser visibles, hay 90.000 pacientes con enfermedades huérfanas en alto riesgo por el desabastecimiento de medicamentos y ya vemos las primeras víctimas. La nefasta reforma pensional, que nos pasó a un insostenible modelo piramidal, ya tiene en riesgo financiero a Colpensiones. La reforma laboral avanza silenciosamente en el congreso, y es una condena al desempleo y la informalidad. Pero ánimo, que cada vez menos colombianos le creen a ese pastorcito y estamos despertando de la pesadilla.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/