Se le adelantó el Halloween a Gustavo Petro, pues vivió una seguidilla de reveses mayores durante la semana. Había empezado mal, viendo cómo en las elecciones de los Consejos de Juventud, la izquierda perdió por completo el dominio que tenía entre los jóvenes, incluso en Bogotá, su centro tradicional. Una señal más de que Colombia, al igual que en otras partes del mundo, tiene una generación Z alejándose del progresismo woke que impartieron los millenials.
También pudimos presenciar a un presidente desvariando ante las cámaras de Daniel Coronell, quien ante cada pregunta concreta recibió galimatías pseudohistóricos como respuesta por parte del presidente, disparates que más parecían diálogos de películas de Cantinflas y que dejaron abiertos todos los interrogantes.
Luego, lo que parecía ser cereza del pastel resultó ser solo un ingrediente más de la semana, el Tribunal Superior de Bogotá absolvió a Álvaro Uribe. Esto no solo le da aire al mayor líder opositor del gobierno, sino que es la fractura total de la narrativa sobre la que se había montado el petrismo.
Y mientras Uribe en libertad ingresará a una lista al senado, Petro ingresó a la Lista Clinton. Hecho que han tratado de vender – el centro biempensante incluido – como una decisión meramente política, parece que se les olvidó que el presidente no ha podido explicar cómo financió su millonaria campaña, los recursos que Benedetti y Nicolás Petro recibieron para ello, el Pacto de La Picota liderado por su hermano, el video metiendo plata en bolsas, la complicidad con la narcodictadura de Maduro, la pasividad que trajo la Paz Total para combatir a los narcos o el tarimazo con los líderes de la Oficina de Envigado.
No podía tener mejor cierre esta semana de terror para el presidente, que los resultados de la consulta. 2 millones de votos es poco, teniendo en cuenta que hace 4 años su votación en la consulta pasó de 5 millones, y hace 8 años de 3 millones. No están derrotados, hay que seguir, pero la señal es clara, Colombia está despertando de esa pesadilla llamada Gustavo Petro.
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