No petristas arrepentidos

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El artículo de Mario Mendoza “Retrato de Gustavo Petro en blanco y negro” en la revista Cambio generó bastantes comentarios en redes sociales y fue tendencia en X el domingo y el lunes festivo. El sentido de muchos era de apoyo a su posición; otros de odio, principalmente de quienes apoyan al gobierno; pero hubo otros, los que más llamaron mi atención, de quienes si bien están de acuerdo en las críticas que hace Mendoza al presidente, cuestionan al escritor por haber votado por Petro en 2022.

Uno de esos comentarios fue el del exministro Juan Carlos Echeverry en X:

Se necesita una ingenuidad mayúscula para creer en 2022, con Mario Mendoza en su artículo de @_RevistaCambio, que @petrogustavo era el ángel que decía ser, y haber votado con el fervor con que dice haberlo hecho Mendoza.

Manifestarse tan sorprendido ahora frente al “verdadero Petro” es suponer la misma ingenuidad en sus lectores.

Los alcahuetas están tratando de limpiar su conciencia. (https://x.com/JCecheverryCol/status/1845510063789621280)

            Ese comentario expresa muy bien el sentimiento de muchas personas, de derecha principalmente, y de centroderecha también, que juzgan a quienes votaron por Petro en 2022. Se señala a las personas que en el libre uso de su razón decidieron votar por el hoy presidente, como lo han venido haciendo también con María Jimena Duzan, por ejemplo, y al paso que vamos lo seguirán haciendo con otros más; asumiendo que son culpables, pues deberían saber, tanto como ellos, lo malo que sería el gobierno de Gustavo Petro.

Quiero señalar otros tres puntos por los cuales no estoy de acuerdo con quienes juzgan a los no petristas arrepentidos.

Primero, porque no todos quienes votaron por Petro son “petristas”. Saquense eso de la cabeza, por Petro votó mucha gente por descarte, como se vota en 2 vuelta, o en contra de lo qué representaba Rodolfo, y otros esperanzados, en el libre ejercicio del derecho a equivocarse. Y no por eso, en ninguno de los casos anteriores, es posible tildarlos de “petristas”.

Segundo, haber votado por Petro no es un delito. No es algo para salir a aplaudir en este momento, por supuesto, pero tampoco es algo que amerite un señalamiento público como “culpables”, “cómplices”, entre otros calificativos que utilizaban en La FM bajo la dirección de Juan Carlos Vélez (¿lo siguen haciendo?), o menos duros, “alcahuetas” como les dice Echeverry. “Culpables”, “cómplices” de verdad, son Olmedo, Benedetti, Nicolás Petro, entre muchos otros. Y “alcahueta”, por ejemplo, Margarita Rosa de Francisco.

Y tercero, porque creo que en este momento ese juicio público a los no petristas arrepentidos que describí en el primer punto, no le conviene al país, porque divide, en un momento en el que necesitamos la unión de quienes no queremos que el proyecto político de Gustavo Petro se reelija.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-felipe-suescun/

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