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No hay candidato perfecto

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Pero entre mis propias exigencias, puedo renunciar a algunas e invito a que en los próximos meses nos dispongamos todos a hacerlo para buscar una candidatura que se enfoque en unir el principal activo que tiene esta ciudad: su gente.

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A la fecha, 22 personas aspiran a ser candidatos a la Alcaldía de Medellín, lista a la que probablemente le falten algunos nombres. Entre los que tenemos ya, hay una heterogeneidad impresionante, hombres, mujeres, políticos profesionales, políticos que dicen no ser políticos, líderes activistas, jóvenes, viejos, quinteristas, anti-quinteristas, hay de todo. Hay, además, muchísimas críticas sensatas -y algunas insensatas- para hacerle cualquier candidato; pero, sobre todo, como lo veo yo, no hay candidato perfecto.

Entonces, ¿con quién nos vamos? Quiero ofrecer dos listados de características personales y programáticas para una discusión pública sobre lo que debe reunir el mejor candidato:

Sobre la persona

  1. Tiene experiencia en gobierno: conoce el funcionamiento de la administración pública colombiana y el Conglomerado Público de Medellín. Idealmente, ha gerenciado/dirigido entidades públicas o ha ejecutado recursos.
  2. Es político profesional: tiene la política por carrera y ha ganado elecciones, se mueve como pez en el agua en las aguas turbias de la política sin caer en prácticas clientelistas. Además, debe poder sostener relaciones estables con el gobierno nacional, inclusive siendo de ideología contraria.
  3. Quiere construir sobre lo construido, une sin sectarismos: en Medellín hay mucha gente buena, incluso gente buena que ha trabajado con Quintero. A esta gente hay que unirla, no insistir en la división, al contrario, quienes se hayan desmarcado de su gobierno, no hayan sido partícipes de su corrupción y se le midan a construir sobre o recuperar lo positivo que ya existe, hay que abrazarlos.
  4. Se le reconoce por sus buenos valores y sobre todo, por su estilo de liderazgo: no hay un conjunto de altos valores paisas tener, sino que valores mínimos ciudadanos que hoy le faltan a la institucionalidad en Medellín: honestidad, respeto, responsabilidad, humildad, gratitud, solidaridad. También, debe tener un estilo de liderazgo, no de mesías salvador, sino que empodera a los demás, democratiza el poder y valora la crítica.
  5. Se reconoce falible y finito: puede hacer parte de un proyecto político mayor, pero se debe reconocer limitado, humano, falible, debe ser el primero en reconocerlo y querer gobernar para poner un ladrillo, no creyendo que puede levantar la estructura completa.
  6. Ha denunciado o se dispone a denunciar el desastre de Quintero y más: no sólo está dispuesto a revertir la politiquería y corrupción de Quintero, sino que también tiene el coraje para reconocer lo regular y lo feo de pasadas administraciones que tienen responsabilidad en la crisis presente.

Sobre lo programático:

  1. No viene a “recuperar”, “reconstruir”, “reestablecer” o no es ese su discurso central: no es que no haya cosas por recuperar, sino que, para muchas gentes en nuestra ciudad, no hay nada que recuperar. Para las familias pobres, el habitante de calle, las mujeres explotadas sexualmente, los jóvenes sin oportunidades, no hay un pasado brillante al cual regresar, al contrario, para todos ellos hay un futuro con todo por ganar.
  2. Anuncia con anterioridad un gabinete de lujo: debe llegar a las elecciones habiendo anunciado todos los posibles secretarios de despacho y como mínimo, gente de EPM. Esas personas deben contar con la mejor experiencia para su cartera y distinción pública que genere confianza en su trabajo.
  3. Apuesta por la política social: recupera la confianza y la correcta administración en Buen Comienzo, pero también en otros programas claves para la política social en la ciudad; además reforma/reformula/propone estrategias para el apoyo a la población más vulnerable en condiciones de pobreza extrema y con riesgo de caer en ella. Sobre todo, debe avanzar en la utilización del SISBÉN como herramienta de focalización.
  4. Renueva y reforma todo nuestro conglomerado público: da la discusión sobre la pertinencia de las EIC del distrito y plantea reformas que blinden a EPM de la politiquería – incluso la capitalización de pequeño porcentaje–, y toma medidas para que otras empresas como la EDU y la ESU no puedan volver a ser usadas como máquinas de contratación directa.
  5. Reforma el Presupuesto Participativo: propone cambiar el PP para que deje de ser usado en cumplimiento de Plan de Desarrollo; además, pone la batuta en las JAL -como indica la ley-, para acabar la disputa JAL vs CCP que hay en algunas comunas y llevar nuevamente los recursos al cumplimiento de los Planes de Desarrollo Locales.
  6. Atiende el urgente déficit de vivienda: lo que implica no solo construir mínimo 20 mil viviendas, sino traer al menor plazo posible el traslado del Olaya Herrera a otro territorio para permitir la construcción de proyectos de vivienda con mayor altura hacia el centro geográfico de la ciudad. Además, se la juega por la gestión del riesgo, la protección a moradores y o una apuesta de vivienda segura para que cada aguacero deje de ser una catástrofe.
  7. Sigue decididamente el Plan Maestro del Metro de Medellín y aplica otras soluciones modernas en movilidad: no hay que sacarse Metro Cables del sombrero, ya existe un plan de expansión del Sistema Metro, cuyo seguimiento no es un capricho, sino una estrategia de modernización y ampliación del transporte público para una ciudad del futuro. Además, debe conciliar con las empresas de transporte el exceso de rutas que van al centro para una distribución más estratégica y amigable con el tráfico y el medio ambiente; también, tiene que llevar el pago de todo el sistema público de buses a la tarjeta Cívica.
  8. Valora las redes sociales y las usa en favor de la gestión, no de sí mismo: tiene que institucionalizar el uso de las redes sociales oficiales para entregar declaraciones y promocionar la gestión, no debe potenciar sus redes personales con recursos públicos.
  9. Lleva a la ciudad al liderazgo en la transparencia y cultura de datos abiertos: si es necesario, va más allá de SECOP para establecer un sistema distrital de compras públicas y además, se inventa otra estrategia que permita hacer seguimiento en tiempo real a los proyectos de infraestructura física en la ciudad.

Ningún candidato cumple con todas estas características, ni siquiera el de mi preferencia; no hay candidato perfecto. Pero entre mis propias exigencias, puedo renunciar a algunas e invito a que en los próximos meses nos dispongamos todos a hacerlo para buscar una candidatura que se enfoque en unir el principal activo que tiene esta ciudad: su gente. Mis innegociables: denunciar la corrupción de Quintero, modernizar la administración pública en la ciudad y atender el urgente déficit de vivienda.

Otros escritos por este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/

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