Monólogo interno antes de un concierto

Respira. No puedo creer que estoy acá. La vida sí sorprende, ¿no? Un ratico no más y sale este man. Roger Waters. Lo que pueda significar una vida bien vivida es lo que ha vivido él. Ha conocido a todos los titanes de la música, dado conciertos en todo el mundo, luchado por sus causas, sentido el terror del éxito. Todo. Esa vida la voy a tener al frente. Su mente, sus recuerdos, todo ahí. Cerquita. Verdad, cómo quedamos de cerca al escenario, esta arena es más chiquita de lo que me imaginaba.

Ladies and gentlemen, the show will begin in ten minutes.

[Damas y caballeros, el show comenzará en diez minutos].

Qué voz tan suave la de ese anunciante. Le voy a decir a ellos.

“¡Qué buena voz la de ese man!»

Solo asintieron. Me miraron como raro. ¿Será que ya se me nota? A ver yo miro pa’ allá. No, no creo. Aunque sí siento náuseas. Mi cuerpo está liviano. Qué extraño esto de imponerse filtros mentales. Que exista la capacidad de escapar nuestra innata sobriedad. ¿Es bueno? No sé. Vamos a ver si esta vez me entero.

Me siento inquieto. Me acuerdo de cuando descubrí Pink Floyd. Creo que el encierro de la pandemia no llevaba dos semanas. Me senté en mi cuarto y cerré las persianas, le puse seguro a mi puerta, apagué mi celular y me puse mis audífonos. Me senté en mi cama con la espalda apoyada contra la pared, quieto. Empezó “Speak to me” y me prometí que no me iba a mover hasta que se acabara todo el álbum. Por lo que había leído “Dark Side of the Moon” es una experiencia importante para cualquier humano. La verdad me pareció aburrido. Lo único que fue que “Time” resonó para siempre conmigo. Su música es lenta, sin la estructura que recompensa por nuestros lapsos de atención. Igual, después de esos 42 minutos, supe que era solo el inicio del camino con la música de estos locos. Sería, declaré, un gusto adquirido.

Y así fue… y jueputa, ya estoy acá con este man al frente. La vida sí es una putería…

Ladies and gentlemen, the show will begin in five minutes.

[Damas y caballeros, el show comenzará en cinco minutos].

Okay ya entraron algunas de las visuales. Wow, se me olvidó lo loco que es esto. Mira para allá, concéntrate en ese mural de caras lejanas. Se mueven, se juntan. Respiran. Jueputa, sí, ya me cogió. Bueno, pues tocaba, ¿no? Pero ¿por qué?, ¿Esto del rock psicodélico no es entonces igual a mí crítica del techno? Yo que siempre le digo a mis amigos, ¿cómo va a ser el techno buena música si la única manera de disfrutarla es metiéndose una pepa? Ellos siempre me responden: es una experiencia, son parte del encanto. A mí no me gustó esa vez que lo probé. Es una felicidad ficticia, artificial. Se siente como este filtro que ahora tengo en mis ojos, pero para las emociones. Además, abre una puerta un tanto miedosa: me puedo regalar felicidad cuando quiera. Pero no es felicidad, ojo, es euforia. A mí los psicodélicos no me dan euforia, ni felicidad. Esto es introspectivo, ¿cierto? Más profundo, ojalá. Bueno, me voy a decir eso.

¿Agh será que estoy gastando mi vida?, ¿Cuánto tiempo tengo que usar para ser exitoso? Eso se hace estudiando, pegado del libro. No es leyendo prensa, ni conversando, ni rumbeando con tus amigos. Te tienes que enfocar, si no, no vas a lograr nada. Llegas a Colombia, ¿y qué? Yo no quiero ser un fracaso. Qué miedo. ¿Entonces el éxito se logra en términos de proporción del tiempo? La vida se compone de días y los días de minutos. Ósea es una cuestión de usar el tiempo bien. Escalo esa montaña, y termino, ¿cierto? Ya cuando tenga lo del éxito me puedo enfocar en ser quién quiero ser.

 Juan Felipe, ¿estás loco? Se te va a ir la vida a la miseria así. Persiguiendo metas y no vida. Lo que acabas de hacer es un cálculo preciso para alcanzar la infelicidad. No, ten cuidado. No te dejes llevar por las trampas del aplauso, por las expectativas ajenas.

Pero si son expectativas mías, a mí nadie me ha dicho nada.

🎶Ticking away the minutes that make up a dull day🎶

[Tachando los minutos que componen un día aburrido]

Eso, acuérdate de eso, ¿Y si en vez termina siendo que tacho una vida aburrida? La dejo ir en aburrimiento en nombre de las metas. Terrible, ten cuidado. Ya, cálmate, este es el típico monólogo de cuando la mente se ablanda. Disfruta el concierto y quédate tranqui. Vamos a estar bien.

[Si eres una de esas personas que dice “me encanta Pink Floyd, pero no me aguanto las opiniones políticas de Roger”, este es un buen momento para irse pa’ la mierda y quedarse en el bar”]

Ay marica.

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