Falta poco más de un mes para que los ciudadanos tengamos la primera cita electoral. El domingo 13 de marzo debemos elegir senadores, representantes y, los que vamos con algún candidato presidencial que esté en consulta, por el que más nos identifique para que salga directo hacia la primera vuelta.
Yo tengo mis tres votos de marzo definidos.
A la cámara por Antioquia voy con Daniel Carvalho, #109 de la Coalición Centro Esperanza. El hombre es un tipo serio, riguroso con los temas que maneja, cercano, honesto y confiable. Con Carvalho se puede debatir tranquilamente porque es un liberal de ideas, que comprende que en la diferencia radica la búsqueda de la verdad y que distintas voces siempre tienen más fuerza que una sola. Me gusta su defensa de la libertad individual, su posición a favor sobre el aborto, la regulación de las drogas y sus visiones sobre el urbanismo y el desarrollo sostenible. Carvalho entiende bien lo que pasa en Medellín y Antioquia, se acerca a los problemas de la cotidianidad, que finalmente son los que más afectan a los ciudadanos, y busca soluciones prácticas. No promete el cielo y la tierra. Creo que, como congresista, será garantía de independencia y buen control político.
Al senado voy con el cuchito Humberto, #1 de la Coalición Centro Esperanza. Lo sigo desde que estoy muy joven leyendo sus columnas e investigando cómo participó de la vida política nacional. Su renuncia a la vicepresidencia de la República cuando el presidente era Ernesto Samper, me parece un acto de consecuencia y valentía difícil de comparar. Además, siempre ha estado jugado por la paz; a De la Calle se le recordará por el proceso de fin de conflicto con las Farc que se llevó a cabo en la presidencia de Juan Manuel Santos, pero él ha estado luchando por décadas para conseguir ese sueño de país tan anhelado. Humberto sería una garantía de experiencia en el congreso y un líder en el manejo de los temas más complicados del país los próximos cuatro años.
A la presidencia voy a tope con Alejandro Gaviria. Estoy convencido de su capacidad de conectar con las personas, escuchar profundamente qué necesitan y actuar para mejorar la vida de todos. Alejandro es un tipo con experiencia suficiente para gobernar bien el país. Con él podemos tener tranquilidad porque no va a poner en peligro el sistema económico con ideas populistas. Está convencido de que la estabilidad es la mejor forma de gobernar y de que el cambio se hace de manera responsable, sin violencia y paso a paso. Quiere conectar a las regiones al desarrollo y luchar para que las mujeres y los jóvenes tengan más oportunidades de empleo y estudio. Sería un presidente cercano, humano, que nos una y que nos haga sentir orgullosos de nuestro país.
Estos son los míos, ustedes tendrán los suyos. De acuerdo o no conmigo, los quiero invitar a que voten a consciencia, tranquilos, sin presiones de ningún sentido. Infórmense bien, hablen con muchas personas para formar su propio criterio y no se dejen arrastrar por la desinformación de las redes sociales. Por último, hay muchas personas muy pero muy buenas entre las que pueden elegir, así que no cometan más el mismo error de “votar por el menos malo”, que no le ha salido nada bien al país.