Milei, Marx y los vampiros

Milei, Marx y los vampiros

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Ayer fueron las elecciones a la presidencia de Argentina y Javier Milei sacó la segunda votación más importante. Una derrota para el candidato que había ganado en las primarias y que esperaba ser presidente en primera vuelta.  El rey león, como se autodenomina, ha prometido en declaraciones y canciones devorar con sus fauces libertarias a toda la “casta” política argentina. En el evento de cierre de su campaña, el León se expresó ante una hinchada furibunda que coreaba “oh que se vayan todos, que no quede, ni uno solo” y “primera vuelta la puta que los pareó” como en cualquier Boca vs River. Antes de su entrada — como general romano después de un triunfo— al Movistar Arena de Buenos Aires, se proyectó un video que incluía un llamado profético y varias demoliciones de edificios evocando la destrucción del Estado que ha prometido en campaña.               

En su discurso, luego de agradecerle a su hermana por estar al frente de su carrera a la presidencia —la misma que es médium de perros y lo mantiene en contacto con el difunto Conan— y a su mentor Alberto Venegas Lynch, el león despachó, como lo ha hecho en toda su campaña, su catequesis libertaria: todos los males de la sociedad argentina son producidos por el Estado y su interferencia en el benevolente, justo, meritocrático y todopoderoso mercado.

Milei se ha referido al Estado y a los políticos de distintas maneras, les ha dicho ladrones, corruptos, empobrecedores, y máquinas de destruir valor. Pero en su lista de calificativos para nombrar a la “casta” hay uno que utiliza más: chupasangre. Le ha dicho así a Patricia Bullrich— la candidata presidencial de Juntos por el cambio que ayer quedó tercera— a Elisa Carrió y a Horacio Rodríguez Larreta. Dijo también que los “planistas” (expresión popular con la que se califica a las personas que reciben subsidios de Estado) “nos chupan la sangre todos los días”.    

El mundo está lleno de coincidencias paradójicas. Marx, que para Milei debe ser la máxima representación del “maligno”, al que ha llamado “un hijo de re mil putas que en toda su vida jamás trabajó” utilizó, bastantes años antes, la expresión chupasangre para describir la realidad social. Marx creía que el capitalismo era un “régimen vampiro de trabajo muerto acumulado que sólo sobrevive chupando la sangre de los vivos”. De acuerdo con sus ideas, los capitalistas— que por condición no trabajan— son unos parásitos que chupan el valor generado por los trabajadores. Milei reemplaza capitalistas por casta, Estado o políticos.    Marx consideraba que los problemas de la sociedad que describió respondían al hecho de que una clase dominante, para mantener su estatus, se aprovechaba del trabajo de una clase explotada. Hoy el candidato a la presidencia de Argentina utiliza la misma metáfora para referirse al Estado y los políticos. Ambos, paradójicamente, coinciden en su creencia en los vampiros.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-pablo-trujillo/

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