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A menudo me pregunto quién soy yo sin mi identidad digital ¿Cómo sería mi personalidad si no tuviera redes sociales?; ¿algo de mí o de mi autopercepción cambiaría?; ¿qué pasaría si mi huella digital desapareciera? El inicio del uso del internet y las redes, para muchos de nosotros, empezó como una forma de compartir lo que somos, de inmortalizar nuestros recuerdos y nuestra vida en fotografías y comentarios. No obstante, hoy en día siento que mi presencia en la web no es solo un reflejo de lo que soy por fuera, si no una extensión más de mi personalidad; algo que me ha cambiado.
Me he adaptado como un camaleón a mi entorno digital y poco a poco he empezado a adquirir muchos de los rasgos que son ajenos a mí, pero deseables para los demás. Esto no es una crítica, sino una declaración consciente de lo mucho que he cambiado a partir de la creación de usuarios y contraseñas, videos y lecturas, imágenes guardadas y sentimientos agrios provocados por lo fácil que es decorar nuestras vidas para el consumo externo. El internet ha sido una puerta para experimentar mi propia identidad, lo que fluye naturalmente y lo que se me ve forzado; música que nunca me hubiera interesado y estándares corporales que me llevarían a enfermarme.
Sin mi presencia digital probablemente la anorexia no sería parte de mi vida, pero tampoco muchos de mis amigos; tendría un concepto diferente, más puro, de la felicidad, pero nunca hubiera aprendido muchas de las cosas que sé hoy en día; disfrutaría más de mis alrededores y las pequeñas cosas, pero desaparecerían de mi mente las imágenes de todas las películas que he visto en mi computador y las canciones que conocí gracias a Spotify.
Si desapareciera mi huella digital, ¿desaparecería una parte de mí?, ¿dejaría de ser quien soy y transmutaría una vez más? Creo que por más que intente alejarme del internet, del que soy adicta, su contenido nadará de por vida dentro de mí. Aunque estoy segura que mi salud mental mejoraría y a su vez la percepción que tengo de mí misma, mi yo creativo está profundamente agradecido por la riqueza que he logrado encontrar en la interconectividad.
La Mariana del internet es parte de mí y yo soy parte de ella, y por más que reflexione al respecto, creo que nunca seré capaz de separarlas.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/mariana-mora/