Quiero que mi gato sea presidente.
Ya que cada día amanecemos con un nuevo candidato, por qué no. Uno con tremendo nombre de escritor, Rulfo, puede inventarse cualquier cargo.
Así que ahora estamos (estoy, él está durmiendo) recogiendo firmas. Haciendo cuentas gatunas, mínimo recogemos cien, pero con la buena fama de los gatos en internet, eso fácil llegamos a cincuenta mil.
Mi gato es tremendo candidato. Un poco gruñón y mordelón, pero eso no hay que irlo contando por ahí. Tampoco que no tenemos recursos, pero igual, abrimos una cuenta de donaciones, y con una fotito linda y buenos videos de TikTok, eso se consigue. Lo que sí necesitamos, y pronto, es un creador de contenido, porque yo en eso me muero de hambre, aunque se me ocurre un video en vivo de 24 horas mostrando su vida, y así garantizamos la transparencia: qué vida: dieciocho horas durmiendo, una de ventanear, dos despertando a mi mamá en la madrugada, una comiendo repartida durante el día, ocho minutos cagando y orinando, y hora y cincuenta entre tumbando cosas, acompañándome al baño y mirando debajo de la puerta a ver qué hace el vecino.
Cómo ven, no fuma, no bebe, no consume marihuana.
Las propuestas de mi gato… y por qué me quieren preguntar por eso si todavía no estamos hablando de propuestas, y lo importante es la pinta, los gritos, que no huela a izquierda, promesas de seguridad, la sinceridad, la mano dura, hablar mal del presidente y de la oposición, saber bailar, bonus point si es dj, si no se pierde partido de la selección y si tiene mentalidad de rico, de que ante todo la ganancia de las empresas, que los empleados me agradezcan que les dé trabajo. Firme con la patria, visionario y sin miedo a nada.
De eso sí que saben los gatos: ellos, reyes del mundo, dioses dueños de las casas sin mover ni una pata.
Obvio, hay que recordar lo obvio: los gatos cazan ratones, así que con toda contra las ratas y la corrupción —vamos a guardar el secreto de que mi gato ya no mata ni a una mosca y que es más bien perezoso, tiene nueve años y su única razón para vivir es el Churu.
Lo del Churu lo veo conveniente para firmar contratos—.
¿Y cuáles son las razones para que Rulfo sea presidente?
Ah, no sé, me gusta.
Y lo prefiero a un montón de candidatos.
Por lo menos mi gato tiene escrúpulos, no quiere desaparecer a los que piensan distinto, “a esa plaga hay que eliminarla”, ni mata gatos, ni dice que hay que comer azúcar porque tiene negocios azucareros, ni está desinformando sobre el aborto o la eutanasia, ni quiere quitarnos derechos o favoreciendo a sus amigos, y etcétera a una lista interminable de ideas vacías, llenas de odio, que tienen como fin convencer con palabras, pero sin profundidad ni hechos, con personas que no son líderes, que tienen más intereses que propuestas, que no están preparados, que creen que porque tienen dinero y seguidores ya es suficiente para gobernar a un país, aunque no sepan de pobreza ni de guerras ni de víctimas ni de regiones lejanas y nieguen el Acuerdo de Paz.
Todavía no he mirado si un gato puede ser presidente en Colombia, pero con las cosas como están, si nos dicen que votemos por un gato, una ardilla o un ratón, pues votamos.
En estos tiempos cualquiera puede ser presidente. Hasta un gato durmiente.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/monica-quintero/