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En entrevista con No Apto, Carlos Fernando Galán habló sobre las reflexiones que le dejó el resultado de las elecciones tras el renacimiento del Nuevo Liberalismo, confesó lo que le preocupa de los primeros días del gobierno Petro y desmintió que hayan precandidatos con el aval del Partido para la Alcaldía de Medellín.
No Apto: a pesar de las altas expectativas que se tenían para el Partido, en las pasadas elecciones sólo consiguieron 2 representantes a la cámara ¿Qué reflexión le queda Nuevo Liberalismo de esta quemada?
CFG: creo que hicimos un ejercicio interesante, que mostró unas caras a las cuales este Partido quiere apostarle, no solamente como cara, sino frente a lo que representa una diversidad, un partido que no se piensa solamente desde Bogotá o desde las grandes capitales del país, sino que mira aquellos territorios que han sido olvidados por el Estado. Eran personas que representaban eso en las listas del Partido. Fue una apuesta también arriesgada y difícil hacer una lista cerrada cuando hay otras listas abiertas y sin tener una candidatura tan fuerte como la que tenía el Pacto Histórico que facilitaba, en cierta forma, una transferencia de votos de la candidatura presidencial a la lista al Senado. Eso no ocurrió en el caso de la Coalición de la Esperanza, un ejercicio de centro que cometió muchos errores, cometimos muchos errores.
También creo que hubo cosas que nos afectaron. Por ejemplo, a la hora de votar hubo mucha gente que se confundió entre el Partido Liberal y el Nuevo Liberalismo, inclusive gente cercana nos lo manifestaba. Además, como lo vimos en algunos reportes de medios, hubo jurados que se equivocaron, jurados de mesa que a la hora de sumar los votos, se los contaban al Partido Liberal y no al Nuevo Liberalismo, porque son partidos que no conocían y les parecía que era una especie de tendencia del Partido Liberal. Entonces es otro error. Recuperamos cerca de 50.000 mil votos después del preconteo, pero no tuvimos la infraestructura para poder pedir la revisión de mesas con elementos suficientes que permitieran que en el proceso de escrutinio se abrieran las mesas para verificar que se habían cometido errores. Entonces ahí seguramente perdimos otros votos.
Pero bueno, fue un ejercicio que nos genera mucho aprendizaje, nos genera esperanza, porque a pesar de todo hubo sitios donde nos fue bastante bien. En Bogotá obtuvimos cerca de 170.000 votos. Lo que sí tenemos claro es que este Partido puede tener futuro, siempre y cuando aproveche la necesidad que tiene Colombia de tener partidos modernos, democráticos, innovadores, que permitan una verdadera participación del ciudadano en las decisiones del mismo. A eso es a lo que le tenemos que apostar. Si no hacemos eso, el Partido no tendrá futuro. Pero si lo hacemos podemos ser un gran partido para el país en los próximos años. Los demás partidos realmente no están representando a la gente, entonces hay una oportunidad de hacerlo. Está en las manos de quienes estamos en el Partido demostrarlo con hechos.
No Apto: a propósito de esas reflexiones y lo que usted decía de la imagen que ahora tienen los colombianos de los partidos, ustedes, y en general la Coalición Centro Esperanza, plantean otra manera de hacer política, después de esa reflexión que tuvieron luego de perder, ¿creen que esa manera de hacer política sí funciona para ganar?
CFG: yo creo que sí. Primero, creo que en Colombia la gente sí está esperando eso y quiere eso, es decir, el escenario para una política distinta, una política con liderazgo colectivo, no una cosa individualista de un caudillo, sino alrededor de ideas más que de personas o de una persona. Está creciendo el potencial para que eso tenga un gran apoyo. Creo que falló la Coalición Centro Esperanza. No supo presentarse como lo que representaba o lo que quería representar al ciudadano, sino más con lo que no representaba. Es decir, se definió un poco la Coalición como que nosotros no somos ni el Uribismo ni el Petrismo, y la gente decía “bueno, muy bien, pero entonces ¿qué son?, ¿qué representan?, ¿qué nos ofrecen?, ¿qué le plantean al país?”. Yo creo que hay elementos muy importantes en el programa que presentó Fajardo y que concentró en cierta forma lo que todos planteaban. Pero eso no se le presentó de manera atractiva al ciudadano. Entonces, eso llevó a que mucha gente decidiera votar por un lado o por otro lado, pero un poco decepcionado de que el centro no representó lo que la gente esperaba.
Hubo mucho voto por Petro, que en un escenario de un candidato de la Centro Esperanza en segunda vuelta, habría estado ahí. Pero cuando vio que era contra Rodolfo, con los errores que cometió, los apoyos que terminó recibiendo, en algunos casos espantaron a alguna gente. También hubo mucha gente que votó por Rodolfo un poco diciendo, “bueno, pues no quiero votar por Petro porque me parece una persona que no tiene un plan viable para el país, me parece peligroso ese señor”. Pero yo creo que el espacio [para el centro] existe. Lo que tenemos que lograr es que quienes queremos ocupar ese espacio le mostremos al país lo que queremos hacer y lo que queremos representar de verdad y no simplemente lo que no somos, porque eso no va a llevar a que la gente nos acompañe.
No Apto: usted habla no solo de los errores de la Coalición de la Esperanza sino también de los errores que ustedes como partido cometieron en este proceso electoral. Luego de las elecciones, algunas personas muy representativas como Mabel Lara, Yolanda Perea, Carlos Negret, abandonaron el Nuevo Liberalismo, ¿qué pasó con ellos?
CFG: ¡hay diferentes casos! En el caso de Carlos Negret, a mí me sorprendió un poco la decisión que tomó, porque si bien él nos había advertido que consideraba que no podía apoyar a Fajardo, uno entendería que cuando una persona entra a una lista de un partido, que hace parte de una coalición, acepta la regla de apoyar al candidato del ganador. Pero bueno, él manifestó no apoyarlo y decidió marginarse.
En el caso de Mabel y Yolanda, yo creo que se adelantaron un poco, en el sentido de que el partido inició, apenas pasó la primera vuelta, un escenario de diálogo donde se consultaron a las bases. Hay que decir que las bases, en su inmensa mayoría, yo diría que casi 9 a 1, pedían apoyar a Rodolfo Hernández. Y cuando digo bases, eran los que fueron candidatos, que no fueron solamente esos casos sonados que renunciaron, sino que fueron más de 80 candidatos. La inmensa mayoría decía que había que apoyar a Rodolfo. También los representantes regionales del Partido y la mayoría de los históricos. No todos, hay que decirlo, pero la mayoría.
Yo debo decir que yo manifesté en esas reuniones que no estaba de acuerdo con apoyar a Rodolfo Hernández, sin embargo, respeté la decisión que tomó mayoritariamente el Partido, pero no me pareció acertada. Ahora yo creo que eso también es el reflejo de un partido en nacimiento o en crecimiento. Es un partido que tenía pocas semanas de vida cuando se armaron las listas, eso fue una de las implicaciones que llevaron a que no nos fuera como esperábamos. Si el Partido hubiera tenido un año para prepararse, habría sido distinto, no solamente el resultado electoral, sino también el trabajo colectivo de consensos, de llegar a acuerdos para aceptarlos.
Todo esto, creo yo, fue producto de esa falta de tiempo. Hay que decir que respetamos profundamente a los miembros que renunciaron, tanto, que consideramos que eran personas que deberían liderar las listas. O sea, Yolanda y Mabel hacían parte de los cinco primeros en la lista al Senado y yo particularmente no me arrepiento de que el partido las haya tenido allí. Creo que representan algo que el país necesita en la política y ojalá sigan haciendo política. Lastimosamente, por ahora no lo van a hacer con nosotros, pero ojalá lo sigan haciendo, porque creo que el país necesita esas voces.
No Apto: ¿cómo ve los primeros días del nuevo Gobierno? y sobre todo, ¿qué opinión le merecen los nombramientos en el gabinete presidencial?
CFG: yo he estado bastante distanciado de opinar al respecto, aunque de vez en cuando mando algún mensaje, algún trino. Primero, yo siento que la mayoría del país está esperanzado, hay que reconocerlo, con un cambio que representa el hecho de que llegara una persona con la trayectoria de Gustavo Petro. En particular muchos jóvenes están esperanzados, y eso es positivo. Ahora, me preocupa un poco que ha generado expectativas que son difíciles de cumplir y eso es un riesgo grande. Ya uno ve en algunos casos sectores que están un poco impacientes porque se tomen decisiones que eventualmente no van a ser fáciles de adoptar en términos económicos, de política ambiental, entre otros temas. Veo un poco de improvisación, confieso.
Siento que el hecho de que hoy, cuando ya llevamos tres semanas de la posesión del presidente, no tenga definidos todavía varios cargos importantísimos en el Gobierno Colombiano, es muestra de improvisación. Pensaría que el presidente desde el 19 de junio en la noche, debió conformar un equipo que le permitiera garantizar que para el 7 de agosto tendría su equipo principal, y eso no ocurrió. Es grave, porque los primeros días de un gobierno son bien importantes. Yo diría que casi que los primeros 100 días de un gobierno, que quiere dejar una huella importante, son tal vez los más relevantes. Estos días le permiten dejar las bases y las raíces de lo que será, eventualmente, los logros en los próximos cuatro años. Entonces, me parece que ha habido improvisación.
En cuanto a los ministerios, creo que hay un poco de todo, hay gente que uno reconoce que es de un nivel muy importante, como el ministro de Hacienda, el ministro de Educación. Igualmente, hay otros que son de la entraña del petrismo, que son preparados, serios. Tal vez uno tiene diferencias en la visión, pero son personas capaces, con reconocimiento en sus sectores, como Susana Muhamad. También, hay casos que generan preocupación, como el caso del ministro de Transporte, quien tiene acusaciones de plagio. El Pacto Histórico fue muy crítico con Jennifer Arias por el famoso plagio de sus tesis, pero frente a Guillermo Reyes lo han ignorado. Entonces le parece a uno que hay de todo.
El debate de hoy sobre el Gobierno es lo que ocurrió en la OEA y la actitud que ha tenido en términos internacionales. Yo veo ahí una falencia. Entiendo que Petro quiere ser un líder internacional y así lo ha mostrado desde su discurso. Tiene temas para liderar, como el cambio en la política de drogas a nivel mundial, el tema del medio ambiente y el cambio climático. Pero hemos visto algunos pasos en falso como el hecho de que deliberadamente se hayan ausentado de una decisión de la OEA frente a Nicaragua, eso es grave. Por otro lado, que se sume a una carta inmiscuyéndose en situaciones internas de un país como Argentina, frente al proceso de Cristina Fernández, también genera preocupación. Hoy en el Pacto Andino se está hablando del tema de Ucrania y Rusia, y uno se pregunta por qué antes de eso no hablamos de Nicaragua y de lo que está pasando acá. Eso genera preocupación. Es positivo que se restablezcan las relaciones con Venezuela desde una visión pragmática, pero sin renunciar a ciertas cosas, trabajando en beneficio de los dos países. En consecuencia, hay una mezcla de sentimientos frente al tema internacional.
No Apto: Carlos Fernando, sobre la Alcaldía de Bogotá, queremos saber si tiene nuevamente aspiraciones de lanzarte en el 2023. Hay algunas personas que podrían competir con usted, como Juan Daniel Oviedo, también se habla de Diego Molano y Luis Ernesto Gómez, ¿cómo se empieza a mover esa aspiración?
CFG: Es un poco temprano para eso, creo yo. No he tomado decisiones sobre meterme o no como candidato. Yo ya fui candidato dos veces y no es fácil tomar una decisión. Tendré que evaluarlo con mi círculo familiar, principalmente con mi esposa y mis hijos, porque es una decisión de familia, que tiene implicaciones complejas. Pero estoy decidido a influir, a participar de alguna forma, no sé si como candidato, pero a influir, a trabajar para que a la Alcaldía de Bogotá llegue una persona que corrija muchos de los problemas que tiene hoy la ciudad. Que no llegue a arrancar de cero las cosas, a echar a la basura las cosas que ha hecho la alcaldesa Claudia López. Que continúe las cosas que van bien, pero que también rectifique el rumbo en algunos aspectos complejos que hoy tiene la ciudad y que llevan a que la ciudadanía, como ustedes lo perciben en redes, y se siente en la calle, a sentirse desesperada con los temas de seguridad y de movilidad. Me parece que hay nombres interesantes, no conozco en detalle su visión de ciudad, pero me pareció interesante el nombre de Oviedo, debo decirlo, por lo que le vimos en el DANE. Me parece una persona preparada. No lo he conocido todavía, su visión de ciudad: ¿qué plantearía para Bogotá?, sería interesante conocerlo.
Seguramente habrá muchos más. El Pacto Histórico va a tratar de tener un candidato único, vamos a ver cómo se desarrolla eso. Pero creo que Bogotá es una ciudad, como ocurre con Medellín, donde el ciudadano vota muy libremente. Es decir, aquí el hecho de que en el gobierno esté la alcaldesa, que seguramente pondrá candidato, y en el gobierno esté el presidente Petro y quiera poner candidato, no es definitivo, pues Bogotá escoge libremente, y así ha sido en el pasado. Uribe trató de promover a Juan Lozano en el 2003 y ganó Lucho Garzón; luego a Peñalosa en el 2007 y ganó Samuel Moreno; la más cercana a Santos en el 2011 era Gina y ganó Petro; el más cercano a Santos en el 2015 era Pardo y ganó Peñalosa. Y la vez pasada, Duque tenía como más cercano a Miguel Uribe y ganó Claudia.
Entonces, es una ciudad rebelde en cierta forma, que no le gusta que le impongan ni que le definan quién gobierna, sino que escoge libremente. Y eso es interesante. Voy a tomarme mi tiempo para analizar las cosas. Pero lo que sí les puedo decir es que de alguna forma voy a influir, voy a participar para que Bogotá tenga un proceso que la lleve a enfrentar de manera más efectiva los problemas que hoy nos aquejan.
No Apto: usted he venido trabajando en la idea de que el partido sea una opción de poder fuera Bogotá. En Medellín hay rumores de personas pidiendo pista para lanzarse a la alcaldía por el Nuevo Liberalismo. Recientemente, se publicó un vídeo de un ex-concejal del Centro Democrático, Santiago Jaramillo, manifestando que iba a enarbolar las banderas del Partido. También se dice que está pidiendo entrada el ex secretario de Movilidad de Daniel Quintero, Carlos Cadena. ¿Usted conoce a esas personas?, ¿ya tienen un procedimiento para decidir cómo lanzar un candidato en esta ciudad?
CFG: eso no está. Confieso que todavía está un poco crudo. A esas personas no las conozco personalmente. He visto en redes que algunos han manifestado la intención de involucrarse con el partido, pero como les decía, estamos por ahora en un proceso de organización del Nuevo Liberalismo que tendrá su Congreso en un par de meses. Ese Congreso definirá unos nuevos estatutos y por ende, una hoja de ruta para quienes quieran sumarse y para los procesos democráticos que habrá que definir. Entonces, si alguien quiere ser candidato a la Alcaldía de Medellín por el Nuevo Liberalismo, tendrá que esperar a que se definan esos procesos, a que se definan las herramientas y se desarrolle el proceso que va a elegir al candidato. Eso tomará tiempo. Yo precisamente entiendo, por ejemplo, que si decido aspirar, no tengo garantizado el aval, porque tiene que ser claramente un proceso abierto, democrático.
En Medellín hoy nadie tiene garantizado el aval, ni nadie tiene definido que va a ser el candidato, ni puede afirmar que va a representar las banderas del Nuevo Liberalismo, porque eso hasta ahora está empezando y nosotros queremos que ese proceso sea innovador y marque realmente una diferencia frente a lo que ha sido el otorgamiento de avales en los partidos.
Ojalá muchos se sumen, porque estoy convencido de que en Medellín hay mucha gente muy buena, extraordinaria, de diferentes sectores, que puede aportarle mucho a la ciudad y a Colombia. Ojalá vean en el Nuevo Liberalismo un canal para sumarse y para construir esa visión.
No Apto: a propósito de esa visión de la que habla, Medellín es una ciudad que está notablemente dividida sobre la gestión de Daniel Quintero. ¿Está el Nuevo Liberalismo cercano a Daniel Quintero y a su política, o está completamente alejado? ¿Han tenido conversaciones?
CFG: como Partido, institucionalmente, no ha habido cercanía ni diálogo con el alcalde Quintero, hay que decirlo, no lo ha habido. Tal vez hay miembros que sí han tenido alguna cercanía con él. Yo no puedo dar una visión o un testimonio a nombre del Nuevo Liberalismo frente al gobierno de Daniel Quintero, porque no me corresponde ni tengo la autorización, ni se ha hecho el diálogo interno para definirlo. Mi posición personal es que yo sí tengo mucha preocupación frente a lo que ha pasado en Medellín. Yo siento que Medellín era una ciudad a la que desde Bogotá veíamos con envidia, porque se sentía que había un trabajo en equipo entre diferentes actores que en Bogotá no se ha logrado. La academia, los gremios y el sector público lograban una triada que les permitió sacar adelante una cantidad de proyectos y avanzar en muchos aspectos, seguramente también con algunos problemas, eso no hay que negarlo.
Uno sentía que la tendencia era muy positiva y que el orgullo del ciudadano en Medellín por su ciudad le ayudaba a esta a salir adelante, a resolver los problemas, a jugar con un impulso adicional que daba el ciudadano. Se siente que eso se ha roto un poco, en ese choque y en esa pelea se ha roto. Ha habido denuncias complejas frente a la actuación de miembros del gobierno. Genera preocupación, porque son cosas que no pasaban fácilmente en Medellín. Siento que sí se cerró la puerta o por lo menos se debilitó un proceso de trabajo en equipo en esa ciudad que hoy puede poner en peligro unos logros muy importantes. Repito, lo digo como espectador, por lo que he visto en las visitas que he hecho y los diálogos que he tenido. Pero yo sí creo que se frenó un proceso que era muy interesante. Es la percepción que tengo y que para nosotros en Bogotá era referente. Así como Bogotá fue referente en las épocas de Jaime Castro, de Mockus, de Peñalosa en su primera alcaldía. En esa época de trabajo en equipo, de continuidad, no solo en Colombia sino en el mundo, veían a Bogotá con respeto y con admiración. Así ocurría con Medellín hasta hace poco, ahora se ve a la ciudad en una situación de crisis que no permite reconocerla como un referente.