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Les sugiero leer esta columna bajo las notas de La Gota Fría de Emiliano Zuleta.
En medio de la mudanza obligada a Bogotá, desempolvé los libros que hace mucho tiempo leí y que me llevaron a descubrir el amor infinito que siento por Colombia; que me enseñaron a valorar su gente, su cultura y cada uno de los detalles que hacen este pedacito de tierra el lugar que nos llena de ilusión, y donde la esperanza, a pesar de las adversidades que no han sido pocas ni sencillas, parece no agotarse.
William Ospina ha sido, en mi concepto, uno de los escritores que mejor ha sabido relatar la realidad del país. Es por ello que esta columna quiero dedicarla a una obra de su autoría: “Pa’ que se acabe la vaina”.
Ese libro, que fue publicado en el 2013, parece ser una premonición en muchos de sus apartes; si bien es un ensayo que contempla la realidad cultural de nuestro país, en su contenido también encontramos una crítica contundente a la clase política que hemos tenido que padecer durante décadas.
Ospina utiliza en su obra un lenguaje poderoso y evocador para explorar cómo la historia del país ha sido marcada por la violencia, la corrupción y la desigualdad. Este ensayo no solo refleja el pasado, sino que también resuena con la realidad actual de Colombia, donde muchos de estos problemas persisten. Volver a ojear sus páginas me hizo estar frente a una realidad anticipada, es como si en Colombia, a pesar de que pasaran los años, tuviéramos que estar sometidos eternamente a los mismos problemas.
Colombia está llena de promesas incumplidas y sueños frustrados. Han pasado 214 años desde la independencia y el país ha estado atrapado en un ciclo de violencia y desigualdad, incluso desde antes del grito de independencia que ha sido perpetuado por élites que buscan mantener el poder a toda costa. Esta visión crítica es relevante para entender cómo el legado histórico sigue influyendo en la Colombia de hoy.
Uno de los temas centrales del libro es la profunda desigualdad social y económica. A pesar del crecimiento económico en las últimas décadas, la brecha entre ricos y pobres en Colombia sigue siendo alarmante. La pandemia de COVID-19 exacerbó estas desigualdades, dejando a muchas comunidades vulnerables en situación de pobreza extrema. Ospina critica la falta de voluntad política para implementar reformas estructurales que realmente beneficien a las mayorías desfavorecidas.
La persistente cultura de violencia en Colombia también hace parte del contenido de este viaje por la historia de Colombia y todas sus vicisitudes. Aunque el acuerdo de paz con las FARC en 2016 fue un paso importante hacia la resolución del conflicto armado, la violencia no ha desaparecido. Los asesinatos de líderes sociales, la presencia de otros grupos armados ilegales y el narcotráfico continúan siendo desafíos importantes. La obra destaca cómo la violencia se ha institucionalizado en la sociedad colombiana, un problema que sigue siendo relevante hoy en día.
La corrupción es otro tema clave en el ensayo de Ospina. Denuncia cómo la corrupción ha permeado todas las esferas de la sociedad colombiana, desde la política hasta el sistema judicial. En la actualidad, la corrupción sigue siendo un obstáculo significativo para el desarrollo del país. Los escándalos políticos recientes y la desconfianza hacia las instituciones públicas reflejan el escepticismo que Ospina plantea en su obra. Literalmente ni el gobierno del cambio ha podido acabar con esa vaina llamada corrupción, que es la encargada de perpetuar la violencia y la desigualdad en nuestra amada Colombia.
A pesar de la crítica, Ospina también habla sobre la capacidad de la sociedad para generar cambios. En la Colombia actual, hemos visto un resurgimiento de los movimientos sociales que exigen justicia social, derechos humanos y reformas políticas. Las protestas masivas de 2021 son un ejemplo de cómo la ciudadanía está cansada del statu quo y busca un cambio real y significativo. Este despertar ciudadano es un eco de la esperanza, donde la presión social puede llevar a transformaciones importantes.
«Pa’ que se acabe la vaina», esa estrofa del vallenato de Emiliano Zuleta La gota fría, que ha sido un himno que ha atravesado nuestro país desde La Guajira hasta el Amazonas y desde el Chocó hasta Arauca, es retratada en este libro como un llamado a la reflexión sobre las raíces profundas de los problemas de Colombia. Aunque el libro se centra en el pasado, sus análisis y críticas son alarmantemente pertinentes para la realidad actual.
Colombia enfrenta desafíos significativos, pero también tiene la oportunidad de aprender de su historia y trabajar hacia un futuro más equitativo y pacífico. Este libro es un recordatorio de la importancia de abordar las injusticias estructurales y de empoderar a la ciudadanía para que juegue un papel activo en la construcción del país que desea.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/ximena-echavarria/