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Hoy es 5 de febrero y cumplo 33 años. Según la religión católica: la edad de Cristo o la edad en la que Cristo salió a vida pública. Por eso quiero aprovechar la publicación de hoy para hacer algunas reflexiones sobre este viaje llamado vida:
Me dicen Super desde que tengo uso de razón. Muchos de mis compañeros de estudio ni siquiera sabían mi nombre, la razón: me disfrazaba todos los días de superman. Super fue y ha sido mi marca personal.
De pequeño me hicieron bullying por mi tono de voz. En mi familia me decían “pitico” y mis amigos y compañeros de colegio repetían al unísono “ey super” (en tono de voz agudo). Nunca sentí ese bullying como algo destructivo, pero claramente cuando uno empieza a crecer y entrar al mundo esotérico y de las constelaciones se da cuenta el efecto negativo que esto puede generar.
Soy como la gran mayoría de personas que “casi” es futbolista. Realmente lo hacía bien, estuve en varios equipos y conocí muchas personas alrededor del deporte. Mi padre, Andrés, me apoyaba en la carrera futbolística; mi madre, Anita, no tanto, pues conocía como nadie que cualquier cosa podría truncar ese sueño (por ejemplo una lesión), por ende siempre me pidió priorizar el estudio sobre el deporte, lo que hoy le agradezco.
El fútbol me unió con muchas personas, me enseñó muchos valores pero, tal vez, me generó una de las experiencias más negativas que he vivido: mi padre siempre me recogía en el entrenamiento; estaba en el equipo Estudiantil que entrenaba en la Unidad Deportiva de Belén y, una vez, no tuve un buen día. Al salir del entrenamiento, mi padre intentó consolarme y de la “calentura deportiva” no le hablé y fui grosero con él. Al otro día, a mi padre le da un infarto y a los días fallece. Fue una experiencia que, para los expertos, generó el hecho de que le tenga temor al “conflicto”.
Superada la etapa futbolera, me gradué del colegio y en 11 me “cuadré” con quien hoy es mi esposa y quien ha sido mi compañera de vida: Valentina. Del colegio no sólo me llevé una esposa, mujer, amiga y empresaria, increíble sino también grandes amigos y amigas. Allí seguí cultivando grandes amistades que hoy conservo.
Luego, ingresé a la Universidad Eafit a estudiar derecho. Por esa época fui recibiendo mensajes para guiarme por el camino del emprendimiento:
- Entendí que a las personas NO les gustaban los abogados. Los abogados generan situaciones de miedo/conflicto.
- Conocí a quien que para mí es uno de mis referentes y quien en gran parte me inspiró: Carlos Raul Yepes. El ex presidente de de Bancolombia. En ese momento yo era practicante de derecho (aún seguía sin entender por qué estudiaba eso) y este empresario, promoviendo un discurso humanista me inspiró. Allí encontré el sentido y el propósito: humanizar el derecho.
Con el paso del tiempo, emprendí junto con unas personas que hoy son mis amigas: Bibi y Lauris y creamos Taller A, con el fin de humanizar el mundo del derecho a partir de la educación y la cercanía, enfocado en los emprendedores. Los resultados han sido increíbles y, lo más importante, ha sido lo que me ha permitido conectar con muchas personas de las que he aprendido muchísimo.
Como en todo proceso, se viven momentos donde se quiere tirar todo al traste y en el 2018, paré todo, terminé mi relación y me fui rumbo a Santiago de Compostela (como Carlos Raúl Yepes) para hacer el camino de Santiago, lo que me permitió volver a mi esencia y repensar mucho mi forma de vivir.
Obviamente mi vida no se resume en este artículo, ya que sobre la misma he podido conocer personas muy valiosas y he tenido grandes aprendizajes. Sin embargo, como a los 33 años Cristo hizo su vida pública hoy les comparto estas reflexiones:
- Si bien pensaba que el bullying era sano y en ese momento no me sentía afectado, cuando empiezas a entrar al mundo esotérico, constelador y demás, empiezas a darte cuenta del efecto que causa.
- La vida te puede cambiar en un segundo. Muchas veces las personas pelean por “bobadas” o nos enojamos con nuestros seres queridos y, por el orgullo, no somos capaces de hacer las paces. Muchas veces amanecerás y ya esa persona no estará más.
- La importancia de las relaciones. Cultivar relaciones de valor, amistades duraderas y conocer nuevas personas que te sumen, te enseñen y te cuestionen, es clave.
- La vida te va a ir poniendo personas, mensajes o situaciones que te van a ir guiando para encontrar tu propósito. Encontrar el propósito es un proceso sin fin, pero es un proceso muy importante para que puedas realizarte como persona.
- Trabajar en el ser es clave para una vida más tranquila. Yo, particularmente, he visitado a varios expertos que me han dado mucha información que he tomado, y a veces no, siempre viendo cómo me puedo nutrir. Hoy trabajo con la mejor: Luisa Rincón.
- El apoyo de los seres queridos para hacer realidad tus sueños es clave. Yo he tenido suerte, ya que mi madre, mi hermana y mi esposa, así como muchas otras personas, me han apoyado y me han ayudado a seguir mis sueños.
Encontrar el propósito, la posibilidad de conectar y tejer redes me ha llevado a donde estoy hoy: aportando en la creación y consolidación de un ecosistema de emprendimiento impresionante con OnGoing; viendo la evolución y crecimiento de Taller A y LITU,; y trabajando por generar habilidades en liderazgo de la mano de Liderario.
Si le pregunto a ese super de cinco años, o a ese futbolista de catorce años, o a ese primíparo de derecho que si se veía como estoy hoy; seguramente la respuesta sería no. Pero todo ese camino, todas esas vivencias, me tienen hoy escribiendo un artículo en No Apto. Como diría Pablo D`Ors, seguimos trabajando en el autoconocimiento para poder transmitir energía a los demás.
¡Enhorabuena!
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/daniel-restrepo-2/