Mientras Petro sigue en caída en las encuestas, el Congreso, que es vendido pero no bobo, huele su sangre y empieza a rebelarse. La crisis económica se agudiza y nos acercamos a la estanflación al tiempo que la violencia no cede. Y es que aunque el panorama no sea precisamente agradable para los que vivimos en Colombia, sí es el abono perfecto para que la derecha crezca.

¿Cuál derecha? La que aproveche el momento, y esto parece haberlo entendido muy bien el ala más dura del Centro Democrático en cabeza del nuevo liderazgo de Polo Polo, gran promotor de las marchas de la oposición. No quiero quitarle méritos a su nuevo rol de líder de la oposición, pues es muy difícil lograrlo, pero es verdad que nadie le está disputando ese espacio.

Quizás algo percibe Cambio Radical, que tuvo recientemente un cambio radical en sus redes y ahora produce contenido opositor constante y moderno, mientras intenta posicionar en el campo antipetrista el liderazgo moderado de David Luna. En cambio el “centro” sigue extraviado e insiste en seguirse corriendo hacia la izquierda, con el Verde totalmente arrodillado al petrismo y Fajardo fusionándose definitivamente con Dignidad.

Está lista la tierra abonada, pero no hay quien siembre. Hay un vacío perfecto para una derecha más centrada, liberal, que defienda las libertades económicas y que también respete las libertades individuales, pero hasta ahora parece que no hay ningún líder que busque llenar este espacio. ¿Surgirán nuevos liderazgos? ¿Nos animamos a promoverlos? ¿O la derecha conservadora crecerá tanto que termine siendo la que se adueñe de este pedazo?

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