De acuerdo con los datos de la Encuesta de Cultura Ciudadana de Medellín la confianza interpersonal y la confianza institucional ha venido disminuyendo en los últimos años. En 2023 el 31% de las personas dijeron que en general se podía confiar en la gente. Esto representa una reducción de 12 puntos frente a lo respondido en la misma pregunta en el 2019, cuando el 43% de las personas afirmaron confiar en los demás. Algo similar ocurre con la confianza institucional, donde se presentó una reducción de 17 puntos en aquellos que confiaban mucho en la alcaldía de Medellín.

Estas cifras suponen un reto importante por la importancia de la confianza en la sociedad. Santiago Silva, el secretario de Cultura Ciudadana de Medellín, menciona que la confianza es el aceite que hace posible que las relaciones sociales fluyan. Lo anterior tiene como telón de fondo la evidencia frente a su importancia en la reducción de costos de transacción y su correlación con la prosperidad económica. La confianza hace que las cosas sean más fáciles, más fluidas, y eso impacta positivamente las sociedades. Se ha establecido que aquellos países más desarrollados son aquellos también en donde las personas confían más en los demás y las instituciones.

Carlos Pereda dice que la confianza es como el oxígeno, solo se nota cuando falta. En la vida cotidiana todo el tiempo estamos confiando en alguien o en algo. Pensemos cuando estamos esperando a que cambie un semáforo mientras conducimos un carro o una moto. Cuando la luz cambia a verde nuestra respuesta inmediata es arrancar. Esto lo hacemos por dos razones fundamentalmente. La primera es que hay una ley que regula la movilidad en el mundo y que dice que cuando un semáforo está en rojo se debe parar y cuando está en verde debemos arrancar. La segunda es porque confiamos en que los que están en el semáforo que cruza con la calle en la que estamos, van a parar, van a respetar las normas, van a honrar la confianza. Este es solo uno de los muchos ejemplos que demuestran que la confianza está en la base de nuestras interacciones.

Niklas Luhmann, el sociólogo famoso por el uso del concepto de autopoiesis para explicar sistemas sociales, decía que una absoluta falta de confianza nos impediría incluso salir de la cama. La confianza hace posible que podamos interactuar con los demás, que tengamos una idea estable del mundo sin la cual no sería posible la existencia. Medellín hoy tiene un reto importante en reparar los lazos de confianza, en recuperar el orgullo por la ciudad. La cultura ciudadana, la promoción de normas sociales de confianza, y, sobre todo, las iniciativas para mejorar las percepciones de los otros y de las instituciones, serán fundamentales en esa labor. No es posible preguntarnos por la vida buena, por la construcción de una mejor sociedad, sin tener en cuenta la confianza.

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