La agenda que grita

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La agenda de un líder no es importante porque le imponga algunos compromisos puntuales, lo es porque debe reflejar las prioridades que un norte previamente definido le traza. Si hay claridad sobre a dónde se quiere llegar y los pasos necesarios para lograrlo, entonces la agenda es resultado de una mirada estratégica.

En el caso de un gobernante, la agenda también habla de la visión de país que tiene. Hemos visto mandatarios que le huyen a los encuentros directos con las comunidades y que solo acceden a sentarse con algunos sectores cuando el país está paralizado o en llamas. Ahora estamos un presidente que en principio es más cercano a las comunidades históricamente ignoradas, a quienes también ha dejado plantadas, pero que le hace el quite a otros actores fundamentales.

Infortunadamente, estamos ante un líder que prefiere alimentar las narrativas anti empresa que trabajar con los más grandes generadores de empleo y riqueza, de quienes ha dependido en buena medida el crecimiento económico. Petro decidió no ir a al congreso de la ANDI porque ve en los empresarios un enemigo, en su visión de país no hay lugar para un debate riguroso desde visiones distintas de la economía. El argumento de sus barras bravas para justificar la ausencia fue que algunos empresarios aplaudieron al Fiscal General. Parece que estamos lidiando con niños de preescolar. Ese mismo día dejó plantada a la comunidad de Cartagena como ya había pasado semanas antes en Bucaramanga. A los pocos días también incumplió la cita con el Consejo Gremial.

No son pocos los gobernadores que han cuestionado al gobierno nacional. La respuesta de Petro ha sido incumplir sus citas mientras el ministro del interior los insulta. Lo dicho, en la idea de país de Petro no caben los cuestionamientos al líder. La agenda del presidente parece ser una forma de garrote para los no alineados. Lo grave, en el caso de los gobernadores, es que muchas de sus inquietudes tienen que ver con la inseguridad del país, otro tema que brilla por su ausencia en la agenda presidencial mientras no se ve una sola acción ofensiva del ejército que casi todos los días recibe golpes mortales. ¿Por qué no es esto una prioridad? Por temas como este, la agenda del presidente es un asunto de Estado.

Es momento de que el gobierno nacional explique con seriedad las ausencias del presidente, de lo contrario, lo que empezó como chismes y especulaciones seguirá cogiendo cara de verdades alimentadas por el silencio oficial. Los incumplimientos del jefe del estado son los incumplimientos del país, como cuando no le llegó al presidente de Suiza.

Finalmente, y no es una sorpresa, la agenda es también reflejo del tipo de persona de la que se trata. Un señor que es capaz de incumplir más de 80 veces sus citas en un año es una persona arrogante, irrespetuosa, abusiva y muy, muy, enamorada de sí misma. Jugar con la gente de esa forma solo indica que se considera mucho más importante que los demás. Nos mira desde arriba, desde la ilusión de altura que le da su narcisismo.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mesa/

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