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¿Cuál ha sido el mejor basquetbolista de los últimos 50 años? Fue la pregunta de este mes en el VAR del deporte de No Apto. Las opciones, como siempre, tres cerradas y una abierta, fueron: a. Michael Jordan; b. Kobe Bryant; c. LeBron James; d. Otro, ¿cuál?
Bien, antes de dar mi veredicto, debo decir mis criterios de calificación, clasificación y comparación, teniendo en cuenta, entre otros factores, que esta vez el ranking es individual, pero practicaban un deporte de conjunto y tuvieron carreras relativamente largas. Las variables más determinantes son las estadísticas, premios y récords individuales; los títulos en equipo, su contribución a estos títulos; su rol en los momentos más determinantes; su consistencia en cada partido y en la carrera en general; lo completo de su juego; y sus capacidades, pero también sus carencias.
Ahora, prácticamente en todas estas variables, Jordan ha sido mejor. En pocos apartados lo superan. Con todas sus virtudes y sin desconocerle nada de su carrera, descarto de una vez a Kobe Bryant. La razón es relativamente sencilla: es, tal vez, el jugador más parecido a Jordan, su inspiración e ídolo, pero en los indicadores señalados, Michael lo eclipsa y supera de largo en casi todos.
LeBron se le acerca más y seguramente las personas jóvenes dirán, como en otros deportes, que le ha tocado una era más difícil que a Jordan. Tema discutible, en el que esta vez no entraremos. Hay que aceptar, eso sí, que LeBron ha sido el más completo. Ha demostrado que en cualquiera de las cinco posiciones juega entre bien y excelente, y ha tenido la capacidad de adaptarse a cada una, según las circunstancias y gustos personales y de sus equipos. Por demás, ser hasta ahora el actual máximo encestador histórico de la NBA, con 40.474 puntos (promedio de 27.1 puntos por partido) es simplemente estratosférico. En otros ítems, LeBron también supera a Jordan en valores absolutos más que en promedios, pero la explicación, en gran parte, es la cantidad de temporadas jugadas: Jordan jugó 15, mientras James lleva 21. Con respeto por LeBron, Jordan es, realmente, “The King”.
LeBron y Wilt Chamberlain, el mítico pívot de los años sesenta y setenta son los únicos que, a mi juicio, le hacen sombra a Jordan como el mejor de la historia. La comparación entre los tres merece otra columna, dado que las nuevas generaciones poco o nada saben sobre Wilt, y que esta columna acota la pregunta a los últimos 50 años. Por ahora, hay que decir que los tres forman parte del quinteto ideal de la historia de la NBA, compuesto, para mí, por “Magic Johnson” de base, Jordan de escolta, LeBron de ala, y Bill Russell y Wilt Chamberlain de pívots.
Si nos vamos a las estadísticas, premios y récords individuales y colectivos, Jordan lo supera en la mayoría de categorías en cuanto a porcentajes, con la claridad de que, antes del definitivo, tuvo dos retiros tempranos de la NBA, que le quitaron ritmo y competitividad, especialmente el segundo. Veamos algunos de sus principales logros: 6 veces campeón de la NBA (nunca perdió una final), 6 veces MVP de las finales (el que más lo ha ganado), 5 veces MVP de la temporada regular (igualado con Bill Russell y solo superado por Kareem Abdul-Jabbar con 6); 14 veces All-Star (no participó en una por lesión); 10 veces elegido en el mejor equipo de la NBA y 9 veces en el mejor quinteto defensivo; y 2 veces campeón del concurso de clavadas de la NBA: su imagen, en de “The Air”, es icónica con el suspendido en el aire desde el tiro libre; parecía desafiando la gravedad.
Veamos algunos de sus récords: 10 veces máximo encestador de la liga, mayor promedio de puntos en la historia de la NBA con 30.1 (igualado con Wilt Chamberlain), y que en playoffs mejoraba con 33.4 puntos (solo superado por Rick Barry con 36.4); mayor promedio anotador en unas finales (40,1 en 1993), más MVP de las finales con 6; máximo anotador en un partido de playoffs con 63 puntos.
Su liderazgo en la cancha y fuera de ella fueron claves en los títulos colectivos de sus equipos, y su feroz competitividad lo hacía muy consistente y confiable: casi nunca tenía un partido malo y más si era clave. Se caracterizó por ser el jugador más determinante en los momentos más decisivos que le tocó jugar. Le hacía honor al coloquial “démela y abrácense”.
El mejor parámetro para mí, sin embargo, no es numérico. Casi nadie osaría decir que Kobe o LeBron son los mejores deportistas del siglo o de la historia. A Jordan sí lo comparan con Pelé, Alí, Phelps, Bolt, entre otros fuera de serie en sus disciplinas. En un deporte tan completo como el baloncesto, un deportista igualmente completo y ganador como Jordan, tiene, sin duda, un lugar en el podio deportivo de todos los tiempos.
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