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Los sorpresivos resultados electorales del día de ayer nos cambiaron las opciones a más de uno.
Indudablemente a los fiquistas, que se veían ya en segunda vuelta, y a los petristas, que quizás fueron los más sorprendidos, porque esperaban tenerla más fácil para segunda vuelta enfrentando a un candidato como Fico y no a un candidato como el Ingeniero Rodolfo Hernández, que los obliga a barajar su estrategia, su discurso, el contenido de sus ataques y a buscar más de 2 millones de votos en un mercado electoral bastante agotado.
En ocasiones es moralmente válido el mal menor, y a todas luces, para la segunda vuelta, esta es la opción que representa el Ingeniero Rodolfo Hernández.
A Hernández se le reconoce su capacidad de formar equipos y de saberse rodear muy bien. Esto, no solo es evidenciado por personas que conocieron de cerca su alcaldía en Bucaramanga, que logró pasar de un déficit de $236.000 millones a un superávit de $48.000 millones, sino también por su fórmula vicepresidencial; una mujer afrodescendiente, académica, docente, formada a pulso y doctora en educación.
El ingeniero es un hombre con visión, estrategia y mentalidad ganadora. Elementos que sin duda le ayudaron a su triunfo electoral. “No he pensado siquiera en no pasar a segunda vuelta”, dijo Rodolfo en una entrevista que recientemente le hizo El Tiempo. Y es visión, estrategia y mentalidad ganadora de lo que carece este país, y por eso, sumado a la posibilidad de unir a diferentes orillas de pensamiento ideológico, el Ingeniero podría hacer un buen gobierno de transición para nuestro país.
Decir que Rodolfo Hernández es el Trump colombiano, en realidad es una comparación injusta. Rodolfo, a diferencia de Trump, no tiene los rasgos xenófobos del líder norteamericano, muestra respeto por la institucionalidad, es defensor de una economía abierta, flexible a los cambios de decisiones y posiciones cuando sean necesarios y la supuesta misoginia de la que se la acusa está fundamentada en un video claramente editado para sacarlo de contexto.
Dice mucho, por ejemplo, que en Vichada, departamento que en campaña dijo desconocer, sacara el primer lugar en votación con el 40% de los votos. Y dice más, que el 70% de su gabinete haya sido conformado por mujeres, quienes terminaron con un 70% de aprobación al terminar su mandato.
Es tal la fortaleza electoral de Rodolfo que ni siquiera la llegada de Íngrid Betancourt a su campaña le hizo daño, a pesar del don que tiene Betancourt de desbaratar todo lo que toca. Aunque también hay que decirlo, en parte, la fortaleza de Rodolfo es el resultado de los trastornos en el proceso democrático provocados por la digitalización de la esfera política.
Así como lo dijo Nairo Quintana hace unos días, el apoyo al ingeniero va más allá de las posturas extremistas de izquierda y derecha que han marcado la historia de Colombia, y esto seguramente hará que el candidato santandereano construya un mejor país.
Por todo esto, yo, que también soy ingeniero, abierta y públicamente digo: Ingeniero Rodolfo Hernández, quiero que usted sea mi presidente. Todas las esperanzas puestas en usted.