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Nuestra ciudad vive varios enredos. Por un lado, los últimos años han visto el decrecimiento de indicadores sociales y el estancamiento de muchos procesos públicos y colectivos que hacían parte de la gran promesa colectiva de Medellín. Algunos de los lazos que reúne la voluntad y la preocupación de los ciudadanos como conciudadanos, que nos interpela como parte de un proyecto colectivo realmente común, se han tensionado hasta, en algunos casos, reventarse. La confianza que sentimos por otros (la llamada “confianza interpersonal”) vivió su reducción más pronunciada desde que la medimos en la ciudad. Entre 2019 y 2021, cayó del 43% de personas en Medellín que decían que “en general, se puede confiar en las personas” al 31% (Encuesta de Cultura Ciudadana, 2021). Algo similar pasó con el orgullo por la ciudad. Los medellinenses que se sienten “muy orgullosos” pasó del 52% en 2019 al 37% en 2021, las personas que se sienten “poco orgullosas” creció, pasando del 10% al 16% en el mismo periodo.
En 2021, seis universidades colombianas, lideradas por la Universidad EAFIT, convocaron a las personas a un amplio proceso de conversación colectiva. La iniciativa Tenemos que hablar Colombia reunió a más de cinco mil colombianos y colombianas para conocer qué querían cambiar, mejorar y mantener en el país. Las más de trecientas mil palabras que recogimos en las actas de conversación nos permitieron presentar una serie de informes sobre los sueños y las preocupaciones de los conversadores, pero, sobre todo, nos permitieron pintar un panorama de expectativas futuras profundamente valioso para un momento de tensiones y decisiones importantes en Colombia.
Este año queremos hacerlo en Medellín. Desde la Escuela de Artes y Humanides y el Centro Humanista de la Universidad EAFIY, junto a una lista amplia y creciente de aliados de toda la ciudad. Queremos hacerlo, primero, porque dados los enredos de los últimos años, la ciudad bien haría en conversar sobre sus esperanzas y temores. Pero también porque estamos convencidos, y tenemos buena evidencia para creerlo, que la conversación pública es un fundamento democrático que nos permite tomar decisiones informadas, definir horizontes comunes y construir confianza. Sabemos que Medellín necesita de las tres.
Por eso desde la semana pasada todos los habitantes de la ciudad que lo quieran hacer (y también las personas que tengan fuertes vínculos con la ciudad) pueden inscribirse para los diálogos de Hablemos Medellín. Queremos que cientos de medellinenses se encuentren en sesiones de conversación durante los meses de junio y julio para abordar de nuevo nuestras preguntas centrales ¿qué les gustaría cambiar, mejorar o mantener en la ciudad? Y que sus respuestas nos ayuden a construir una ruta común, mientras que las conversaciones se convierten en una nueva excusa para el encuentro ciudadano.
Necesitamos de todas las personas que quieran dar sus opiniones, compartir sus preocupaciones, intercambiar sus ideas. Sin ustedes, sin esa expresión confiada que supone poner nuestros argumentos en manos de otros, no podremos desenredar tanto enredo en el que anda la ciudad.
Aquí pueden inscribirse: https://tenemosquehablarcolombia.co/hablemosmedellin/
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/santiago-silva/