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La fiesta empezó temprano para los Demócratas en las redes sociales. Se podía leer en sitios como X: “Hoy nada puede salir mal, porque estamos del lado correcto de la historia”. Entrada la tarde del martes 05 de noviembre, la alegría estaba alcanzando su punto más alto. No se dejaron esperar las grabaciones, los reportes en vivo, reflexiones y cánticos en distintos lugares del mundo donde estuvieran los seguidores de Kamala Harris y Donald Trump. Los drinks para celebrar estaban a la orden del día.

Los candidatos no fueron indiferentes a las celebraciones. Imagino que Kamala, convencida de que la comunidad latina se pronunciaría de forma categórica a su favor, para los nervios, se tomaría un tequila, no sin antes, derramar un poco en el suelo para la buena suerte. Por su parte, Trump, exigiría que le sirvieran un whisky americano en las rocas, las cuales después utilizará para acrecentar las murallas de la frontera. Lo que ambos no sabían, era que las urnas y los tragos son incompatibles.

Se cerraron las urnas, “Closing of voting”, titulaban los periódicos en el mundo. No obstante, los Demócratas seguían en una suerte de barra libre. Se podían leer mensajes en Facebook como: elevo mi copa por el feminismo, fondo blanco para acabar con el racismo y un coctel de Cuba libre, para la Cuba libre. 

El primer boletín llegó como un trago amargo. Los Republicanos abstemios de ideas que protejan a quienes la están pasando mal, como es el caso de la población migrante, publicaban el slogan de la candidatura de Trump: “Make America Great Again”. Entrada la madrugada y con el panorama irremediable en su contra, los Demócratas apagaban la fiesta para prender la pelea. Quienes horas antes eran acérrimos creyentes de Kamala, ahora, se convirtieron en sus más severos críticos. Los mensajes apenas se entendían, como era de esperar, de quienes bebieron durante cuatro años del slogan: “when we fight, we win”, contrario a esto, no ganaron.

El vencedor de esta contienda fue Donald Trump y se convertirá en el presidente número 47 de la historia de los Estados Unidos. Vale la pena resaltar, que la democracia también ganó, en la medida que, de forma pacífica quienes estaban habilitados para ejercer su derecho al voto pudieron hacerlo. No obstante, en un ambiente político polarizado, fue inevitable que más de uno terminara con resaca. Si acaso, amigo lector, tiene dudas frente a lo que está sintiendo y quiere estar seguro, le sugiero contestar las siguientes preguntas:

¿Le pesa la cabeza y no puede ver el panorama completo?

¿Le duelen las piernas, en especial cuando camina hacia la frontera?

¿Tiene la sensación de que tomó una mala decisión y promete mentalmente no volverlo hacer?

¿Le palpita muy rápido el corazón cuando se imagina solicitando la Visa?

¿Lo fatiga la idea de estar recordándole a los pro-deportación, que aún sin papeles, tiene dignidad? 

Si su respuesta es afirmativa, en una o en todas las preguntas, usted sufre de guayabo electoral. Pero no se preocupe, que para ese mal, existe el Trumplodicín, analgésico, antiespasmódico y antidepresivo. Lo mejor de todo es que está avalado por el Colegio Electoral de los Estados Unidos.

Pero si usted es uno de los escépticos que creen que los resultados electorales hacen parte de una conspiración y deben ser anulados, le recomiendo el Petróxido de aluminio, ideal para las úlceras y gastritis causadas por las molestas resacas políticas.

Adminístrese con cautela en los siguientes pacientes:

  1. Que sufran de la presión, aunque esta sea internacional.
  2. Que practiquen ejercicios de alto riesgo, como montar a caballo, con o sin alas, como un Pegasus.
  3. Con pérdida de memoria que le impida estar en paz total.

Si los síntomas persisten consulte a su médico. Las redes sociales siguen inundadas de información sobre lo sucedido en los Estados Unidos, en particular, me llamó la atención una publicación de un usuario en X, que comparaba los resultados electorales con un partido de fútbol, entonces fue inevitable recordar la famosa frase del técnico colombiano, Maturana: “perder es ganar un poco”.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-carlos-ramirez/

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